Nada que me aparte de CristoMuestra

La verdadera señal del creyente
Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne (Filipenses 3:3 - RVR 1960).
El verdadero sello del creyente no está en el cuerpo, sino en el corazón.
Pablo redefine la verdadera identidad del pueblo de Dios. No se trata de una marca física, sino espiritual. El Espíritu Santo es quien circuncida el corazón, quitando la dureza interior y despertando una nueva vida (Romanos 2:29).
Servir en el espíritu significa vivir desde la intimidad con Dios, no desde la apariencia. El creyente genuino no se gloría en sus logros religiosos, sino en la cruz de Cristo (Gálatas 6:14).
Nuestra identidad no se apoya en lo que hacemos para Dios, sino en lo que Cristo hizo por nosotros. Cuando la gloria del creyente se centra en Cristo, desaparece la vanagloria.
Este versículo nos invita a preguntarnos: ¿qué nos define como hijos de Dios? No los títulos, ni los dones, ni las obras visibles, sino un corazón transformado por el Espíritu.
¿Sirvo a Dios desde el Espíritu o desde mi necesidad de reconocimiento?
Escrituras
Acerca de este Plan

Este devocional basado en Filipenses 3:1-6 nos invita a examinar dónde depositamos nuestra confianza espiritual. Pablo contrasta la verdadera fe en Cristo con la falsa seguridad en los logros humanos. A través de este devocional, descubrimos la alegría en el Señor, la advertencia contra la religiosidad vacía, la marca del verdadero creyente y la necesidad de renunciar a toda confianza en la carne para hallar plenitud solo en Cristo.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: leadershiftglobal.com









