Cuando Dios te encuentra en tu escondite

«Entonces vino el ángel del Señor y se sentó debajo de la encina que estaba en Ofra, la cual pertenecía a Joás de Abiezerita. Y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas. Y el ángel del Señor se le apareció, y le dijo: «El Señor está contigo, valiente guerrero». (Jueces 6:11-12).

¿Alguna vez te has sentido tan asustado que solo querías esconderte? Gedeón conocía bien ese sentimiento. Durante siete largos años, los madianitas habían oprimido a Israel con tal crueldad que muchos israelitas vivían escondidos en cuevas. El día que Dios decidió visitarlo, Gedeón estaba trillando trigo en un lagar, un hoyo profundo donde normalmente se pisaban uvas. No era el lugar adecuado para esta tarea; el trigo se trillaba en colinas abiertas donde el viento separaba la paja del grano. Pero el miedo lo había llevado a trabajar en las sombras.

En ese preciso momento de soledad y temor, cuando Gedeón pensaba que estaba completamente solo, Dios decidió aparecer. No esperó a que Gedeón estuviera en el templo orando. No esperó a que tuviera su vida en orden. Dios vino directamente a su escondite, se sentó cerca y le habló palabras de vida: «El Señor está contigo, valiente guerrero».

¡Qué contraste! Gedeón se veía a sí mismo como un cobarde escondido; Dios lo veía como un valiente guerrero. Gedeón se sentía abandonado; Dios le asegura Su presencia. Esta es la naturaleza de nuestro Dios: Él nos busca en nuestros lugares más oscuros. No importa si estás escondido por miedo, vergüenza o dolor. Dios conoce exactamente dónde estás.

Tal vez hoy te encuentres en tu propio "lagar", ese lugar donde el miedo te ha llevado a esconderte. Quizás es una relación rota, una enfermedad, problemas financieros o simplemente la sensación de que Dios te ha olvidado. Pero así como hizo con Gedeón, Dios viene a ti hoy con el mismo mensaje: «Yo estoy contigo».

El Señor no te ve según tus circunstancias actuales. Él te ve según Su propósito para tu vida. Donde tú ves debilidad, Él ve potencial. Donde tú ves fracaso, Él ve oportunidad para Su gloria. Donde tú ves soledad, Él promete Su presencia constante.

No necesitas salir de tu escondite por tus propias fuerzas. Solo necesitas reconocer que Dios ya está ahí contigo, esperando transformar tu temor en fe, tu debilidad en fortaleza, tu soledad en comunión con Él.

Oración

Señor, reconozco que muchas veces me escondo por miedo y vergüenza. Gracias porque Tú me buscas aun en mis lugares más oscuros. Ayúdame a creer que verdaderamente estás conmigo, incluso cuando no lo siento. Transforma mi perspectiva para verme como Tú me ves. En el nombre de Jesús. Amén.

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Adelanto del día siguiente: Mañana exploraremos cómo Dios responde con paciencia cuando, como Gedeón, cuestionamos Su presencia y dudamos de Sus promesas en medio de nuestras circunstancias difíciles.