¡Elige Tu Palabra! Una Práctica De Año Nuevo Para Una Vida De RendiciónMuestra

¿Qué significa que tu vida, tu trabajo y tu día le pertenezcan a Dios? Esto es lo que he aprendido al reflexionar en la Palabra de Dios.
Tu Vida. Todo lo que soy y todo lo que tengo le pertenece a Dios. El apóstol Pablo destaca que no me pertenezco a mí mismo, pues he sido comprado por un precio (1 Corintios 6:19–20). El apóstol Pedro enseña que he sido redimido con la sangre preciosa de Cristo (1 Pedro 1:18–19) y que, en medio del sufrimiento, Jesús “confiaba en aquel que juzga con justicia” (1 Pedro 2:23, NVI). Recuerdo haber visitado el huerto de Getsemaní, justo en un momento crucial de decisiones difíciles. Allí me identifiqué con la oración de Jesús, quien en su agonía se rindió diciendo: “Pero no se cumpla mi voluntad, sino la tuya” (Lucas 22:42 NVI). Dios, Tuya es mi vida —mi vida te pertenece, todo mi ser y todo lo que amo, incluyendo a mi familia y a mis amigos.
Tu Trabajo. Mi trabajo, ante todo, es el trabajo de Dios. Señor, mi labor se trata de Ti; Tuyo es el trabajo que realizas a través de mí. Y estoy dispuesto a que Tu obra se cumpla por medio de mi vida. No quiero aferrarme a ninguna parte de ella, ni tomarla a la ligera. Quiero sostenerla con el corazón correcto, reconociendo que es Tu obra, no la mía.
Tu Día. Dios, tuyo es este día, estas veinticuatro horas que me concedes. He hecho algunos planes, pero no sé cómo se desarrollará la jornada. Desconozco las interrupciones y los cambios que traerá, las personas que conoceré, las oportunidades que surgirán o los desafíos que tendré que enfrentar. Por eso, Señor, te entrego la agenda de este día: mis reuniones, decisiones y conversaciones son todas tuyas.
Muchas veces, hago una lista de los aspectos, beneficios y consecuencias que puedo anticipar al elegir mi palabra; aquello que el concepto revela y produce en mí. Por ejemplo, “Tuyo” expresa amor, consuelo, confianza, gracia, seguridad, paz, pertenencia, totalidad, entrega, rendición, valor, intimidad, acceso, disponibilidad, obediencia, unidad… y mucho más.
Si “todo cuanto hay en el cielo y en la tierra es tuyo”, como dice el versículo (1 Crónicas 29:11, NVI), entonces debo rendir ante el Señor toda fuente de identidad, cualquier sentido de propiedad personal y todo aquello en lo que he puesto mi confianza. Esa es la manera de exaltar al soberano supremo, quien está por encima de todo. Un querido colega suele incluir una frase muy alentadora al final de sus correos electrónicos, y quisiera compartírtela: “Quienes dejan TODO con gozo en las MANOS de DIOS, terminarán viendo la MANO de DIOS en TODO” (énfasis suyo).
Todo es tuyo, Dios, así que dejo todo en tus manos. Tú estás obrando en todo y a través de todo.
Acerca de este Plan

Este plan de ocho días te invita a comenzar el año con intención y confianza en Dios. A través de la oración, elegirás una palabra y un pasaje bíblico que orienten tu corazón, reflexionarás sobre los propósitos del Señor y practicarás rendirte a Su guía. Lecturas breves y actividades te guiarán a alinear tus hábitos y anhelos con Cristo a fin de comenzar el año con una fe renovada.
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Nos gustaría agradecer a Ramesh Richard Evangelism and Church Health por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.rreach.org
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