Hombres De PropósitoMuestra

Ayer aprendimos que Dios creó al varón con un propósito original bastante claro y específico: Cultivar, proteger y liderar. También observamos que vemos en la sociedad actual a hombres que no hacen nada parecido a lo anterior.
En realidad, la procastinación, la comodidad, la diversión y la banalidad se han apoderado del hombre a tal punto que la masculinidad de hoy viene a ser un repugnante híbrido sin una clara definición.
Lejos de “cultivar”, vemos a hombres que destruyen, dañan y limitan las opciones de desarrollo o crecimiento a las personas a las que dicen amar.
Lejos de “proteger”, vemos a hombres que abandonan, atacan, pervierten y dañan lo que Dios pone en sus manos.
Lejos de “liderar”, vemos a hombres que, en lugar de servir con amor, luchan entre ellos por ver quien tiene más poder, o prefieren la comodidad de que sea la mujer quien haga las cosas por ellos y para ellos. Se vuelven pusilánimes y sin carácter. No resuelven nada y hasta terminan dependiendo de lo que su mujer (madre o esposa) diga, generando así una carga adicional a la que se supone debían liderar con amor y sacrificio.
Incluso la identidad del género masculino ha sido puesta entredicho. En lugar de aceptar lo que Dios ha establecido, se ha priorizado el sentir o percibir como elementos definitorios de la masculinidad. De esta forma, ser hombre hoy es sólo una “construcción social” de la que nos “vestimos” según sintamos hacerlo cada día.
Lo anterior ha sido producto del pecado en el hombre. Ya en Edén, el pecado entró justamente porque el hombre no hizo lo que debería. No estuvo protegiendo a Eva del ataque de la serpiente. En efecto, Adán no debió siquiera permitir esa conversación. Nos preguntamos dónde estaba Adán mientras la serpiente engañaba a Eva. Dios también se lo preguntó directamente “Adán, ¿dónde estás?”.
Claramente Adán estaba escondido, pero en realidad estaba escondido desde antes de comer el fruto prohibido. Escondido de su tarea, de su propósito. Y eso fue su ruina.
Al abandonar su propósito, el hombre prefirió dirigir su mirada ya no a Dios, sino a lo que el mundo le ofrecía. Jesús lo ilustra claramente en Lucas 12:16-20 (NTV) cuando ese rico insensato termina diciéndose a sí mismo: “Amigo mío, tienes almacenado para muchos años. ¡Relájate! ¡Come y bebe y diviértete!”.
¿No es caso la invitación cotidiana a los hombres hoy? “relájate, come, bebe, diviértete”. ¡Qué maravilloso y acertado resumen de lo que les preocupa a los varones hoy!
Preguntas para la reflexión:
¿Habrá esperanza de volver al propósito original? ¿Cómo se define entonces la verdadera
masculinidad? ¿Qué diferencia hay entre ser “masculino” y ser “macho”? ¿Qué pasos dar para recuperar la masculinidad en nuestra sociedad?
Nos vemos mañana para una esperanzadora conclusión.
Escrituras
Acerca de este Plan

Todos tenemos una razón por la que existimos y una serie de “tareas” que, más que una carga, provocarán ese tan anhelado y esquivo sentido de “plenitud” en nuestra vida. Tenemos también un enemigo que buscará por todos lados “entretenernos” o “distraernos” con un sinfín de caminos “alternativos” que nos mantendrán ocupados, pero alejados de ese gran propósito. ¿Qué haremos? ¿Nos conformaremos a la vida que “nos tocó” vivir o haremos algo para cambiar nuestro “statu-quo” y vivir así la vida abundante que Jesús nos ofreció?
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Nos gustaría agradecer a HECTOR PARDO por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.instagram.com/hectorpardooficial?igsh=MXZ0Z2g5b2NqejM1ag==









