Amando Su Palabra, viviendo Su Verdad

Quienes aman a Dios de corazón y atesoran Su Palabra en lo más íntimo de su ser no soportan la idea de quebrantar Sus mandamientos. La Palabra nos vivifica, nos transforma, nos enseña la verdad y nos guía hacia la libertad que solo Cristo ofrece. Amemos la verdad que ella revela y alabemos a Dios, incluso por las aflicciones, porque por medio de Su gracia todo obra para nuestro bien (Romanos 8:28).

Mientras los que aman al mundo se confunden, quienes amamos Su Palabra hallamos paz, porque Cristo es nuestra paz. Mathew Henry nos recuerda: guardemos los mandamientos con obediencia y confiemos en Sus promesas; el ojo de Dios nos observa en todo momento, lo que nos llama a vivir con cuidado y devoción, reflejando Su amor en cada paso. Que nuestro corazón permanezca firme, deleitándose en la Palabra, hallando en ella consuelo, dirección y fuerza para perseverar.