Amando Su Palabra Pura

Como hemos estudiado todo este mes, la Palabra de Dios es el tema central de este Salmo. Aquí me encanta que dice: “Es muy pura tu palabra, y tu siervo la ama”. Hermoso, verdaderamente hermoso.

Reconocer que la Palabra de Dios es pura, verdadera y directa del Padre a sus hijos debe hacernos amarla cada día más. No es solo un texto antiguo; es vida, dirección y refugio. Su pureza nos enseña, nos corrige, nos guía y nos transforma.

Un comentario bíblico señala que la Biblia nos da razones infinitas para amar la Palabra de Dios y al Dios que nos la dio:

• Es la palabra de Jehová (Génesis 15:1)
• Es la palabra de Dios (Lucas 8:11)
• Es la palabra del reino (Mateo 13:19)
• Es la palabra de salvación (Hechos 13:26)
• Es la palabra de gracia (Hechos 14:3)
• Es la palabra del evangelio (Hechos 15:7)
• Es la palabra de fe (Romanos 10:8)
• Es la palabra de la cruz (1 Corintios 1:18)
• Es la palabra de reconciliación (2 Corintios 5:19)
• Es la palabra de verdad (2 Corintios 6:7)
• Es la palabra de vida (Filipenses 2:16)
• Es la palabra de Cristo (Colosenses 3:16)
• Es la palabra de Su poder (Hebreos 1:3)

Cada una de estas expresiones nos recuerda que la Palabra de Dios no es solo conocimiento, sino poder, guía y alimento espiritual. Nos da fuerza en la debilidad, consuelo en la aflicción y dirección cuando nos sentimos perdidas. Al estudiarla y meditar en ella, nuestro corazón se enciende, nuestra fe crece y nuestra vida se alinea con la voluntad del Padre.

Amar la Palabra de Dios significa deleitarnos en ella, memorizarla, meditarla y aplicarla en nuestra vida diaria. Que cada día podamos decir como el salmista: “Tu siervo la ama”, y que nuestro amor por ella nos lleve a vivir con obediencia, gratitud y gozo en el Señor.