¿Cuándo experimentamos la paz de Dios?

Jesús nos entregó su paz, pero a veces se nos olvida que Él dijo en el mismo versículo:

“No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.”
Juan 14:27:“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.”

¿Por qué?

¿Cómo puedes experimentar la paz de Dios si ella no se manifiesta y toma control en cualquier situación? Esto significa que van a venir circunstancias en las cuales Él se hará presente, para que lo conozcas en toda área de tu vida. Recuerden que Jesús dijo:

Juan 17:15:“No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.”

¿Qué significa esto y por qué nos lo dejó?

Dios quiere que seas partícipe de esta relación y que venzas al mal. Por eso, la paz de Dios se vive internamente y se manifiesta externamente, tomando control de toda situación para vencer.

A veces, al cristiano le sucede algo similar a lo que le pasó a Moisés:

• La presencia de Dios estaba con él, su paz.
• Dios le hablaba.
• Dios manifestaba su poder.

Pero había momentos en los cuales él tenía que actuar para poder experimentar la paz que sobrepasa todo entendimiento.

Éxodo 14:15-16. Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen. Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco.

Hay momentos que no son de clamar, sino de actuar y sacar lo que Dios ha puesto en ti.

“Alza tu vara”, le dijo el Señor. La vara representa autoridad. Jesús nos entregó autoridad; depende de nosotros utilizarla. Recuerda: hay momentos de clamar y hay momentos de actuar..

Lucas 9:1. Habiendo reunido a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades.

Tenemos la autoridad; depende de nosotros sacarla a la luz desde nuestro interior.

“Extiende tu mano sobre el mar y divídelo.” La mano representa poder.

Lucas 10:19. He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará.

Él nos dio poder para subyugar; debemos levantarnos, al igual que Moisés lo hizo, y no dudar, porque Dios lo dijo y así será.

Hay momentos en los que Dios hace lo que tú no puedes, pero hay otros en los cuales te corresponde levantarte y declarar esa paz sobre toda situación, actuando para que suceda y viendo a Dios obrando en tu vida.

Interioriza todo lo que hemos aprendido. Atrévete a confiar primero en algo pequeño y desata su paz; saca de tu interior la autoridad y el poder. Continúa haciendo esto hasta que suceda. Debemos alinear nuestra relación con Su Palabra, y todo lo que pidamos sucederá.