La Fe Que Agrada a DiosMuestra

La fe bíblica.

Hablar de la fe es tocar lugares sensibles en el corazón de Dios. Muchas veces escuchamos la poderosa frase “sin fe es imposible agradar a Dios” y nos sentimos aliviados, porque creemos que religión es igual que fe (y de esa, tal vez tenemos mucha). Pero resulta que el significado de fe para Dios es algo mucho más profundo, más íntimo.

Hebreos 11:1 nos revela una verdad impactante sobre esta distinción: que la fe, en realidad, se trata de tener seguridad en el poder de Dios incluso cuando no lo vemos obrando en nuestra vida. Suena complicado, ¿no?

Es sencillo tener seguridad cuando todo en nuestra vida parece ir a la perfección, cuando tenemos un trabajo, cuando sacamos buenas notas académicas, cuando nuestro matrimonio está en la cúspide de la perfección y nuestras finanzas se encuentran estables, pero es justo en el escenario opuesto, en el valle de sombras, donde lo que más deseamos no se ve, que a Dios le agrada que tengamos fe.

Y déjame confesarte algo: esa fe inquebrantable, creciente como un granito de mostaza, no depende de ti, ni de tu religión ni de cuanto creas en ella. Sino que esa fe es un resultado directo de tu relación con Dios. A veces, cometemos el error de dejar la fe en nuestras propias manos, y la colocamos a dependencia de cuántos domingos vamos a la iglesia, de cuántas veces a la semana hacemos devocional, ¡pero nuestra fe no depende de nosotros ni de lo que hacemos, sino de reconocer quién es Él!

¿Cómo puedes tener certeza de algo que no conoces, y esperanza en alguien que no sabes si te puede defraudar? No es humanamente posible. Para tener certeza de lo que se espera y esperanza en lo que no se ve, necesitas conocer al Dios que te provee. Te lo pondré fácil:

Si un desconocido te habla en la calle y te dice que te va a vender un producto mágico capaz de curar todos tus males, pero que debes tomarlo sin ver su contenido, ¿confiarías en él? Honestamente, yo no; no tomaría nada proviniendo de un sujeto que no conozco, desconfiaría de si quiere envenenarme. Pero si me lo entrega alguien cercano en quien confío, tal vez mi padre o mis hermanas, tendría la certeza de que es cierto, aunque no lo pueda ver.

Así mismo es la fe con Dios.

Cuando lo conoces y tienes plena seguridad de cuán grande es su poder, jamás se te ocurriría dudar de la gran bendición que viene. No porque tu fe sea perfecta, sino porque Dios lo es.

Cuando le pides lo que quieres, lo único que necesitas es tener la seguridad de que en Cristo ya lo has recibido, no importa cuánto se demore en llegar esa respuesta a tu vida, porque no ver lo que pides también es una bendición; es justo cuando Dios te regala un momento para tener fe, reconocer quién es Él y recordar que nunca te falla.

Y recuerda, que los más grandes milagros en la Biblia ocurrieron por fe.

DINÁMICA: LISTA DE FE.

• Al cerrar este devocional del día, toma una hoja y papel o escribe en las notas de tu teléfono las siguientes cosas en lista:
• Anota las mejores cualidades que conozcas de Dios. (Ejemplo: es fiel, es bueno, es misericordioso, etc...).
• Identifica la cosa más reciente que le hayas pedido a Dios en oración. (Algo de mucha importancia para ti).
• Ahora pregúntate: “¿Después de pedirle esto a Dios, he confiado en sus cualidades? ¿He descansado en mi fe?".
• Cualquiera que sea tu respuesta, repite esto en voz alta “Dios es bueno, grande y misericordioso. Para Él nada es imposible, y siempre cumple sus promesas. Así como no puede negarse a sí mismo, me traerá (dirás la bendición que le estás pidiendo) y aunque no lo veo, hoy decido tener fe, porque yo sé quien es mi Dios”, y culminarás diciendo “Dios es... (las cualidades que mencionaste arriba)".