Fe Que Trasciende a Otro NivelMuestra

Haciendo que tu fe trascienda

En numerosas ocasiones, la fe es necesaria cuando esperamos en Dios. Sin embargo, esperar una promesa implica haber recibido una palabra de antemano; es aquí donde entra en acción la fe que trasciende. El texto clave nos enseña que debemos esperar lo que no vemos.

La fe que trasciende va más allá de depender de una palabra; es aquella que se activa en lo sobrenatural. Por ejemplo, muchos temen ejercer la fe: se casan solo cuando ya tienen casa, carro y todo lo necesario para iniciar una vida cómoda. Pero quien tiene una fe que trasciende simplemente cree y se lanza, confiado en que Dios suplirá todo. Para algunos, esto es irresponsabilidad; para mí, es tener fe en un Dios que cuida de mí cuando pongo mis caminos y mis tiempos en Sus manos.

Trascender significa ir más allá, conocer lo que estaba oculto o reservado para unos pocos. Mi fe trasciende cuando creo lo que otros no pueden entender. En este caminar he aprendido a comprar sin dinero, a sembrar aun cuando no tengo, a caminar aunque no vea, y a seguir Sus pasos sin estar segura de a dónde voy. En una ocasión, Jesús dijo a sus discípulos: “Pasemos al otro lado” (Lucas 8:22-25). Él sabía que la experiencia que vivirían allí transformaría su fe.

El Señor quiere lo mismo contigo: que tu fe pase de un lado al otro, que trascienda y conozca lo que aún no te ha sido revelado, pero que te hará bien. “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos" (Isaías 55:8-9, RVR1960) Yo no lo estoy viendo, Él no me lo ha mostrado, pero yo lo creo. Cuando vivimos una vida guiada por el Espíritu, en oración, ayuno y Palabra, podemos caminar seguros: Él dirige nuestros pasos y provee lo que necesitamos en el camino.

María pidió a Jesús que convirtiera el agua en vino, aun cuando no era Su tiempo, y su fe trascendió los límites. Marta creyó que la muerte de Lázaro era definitiva, pero Jesús le mostró que la fe que trasciende no se sujeta a la lógica humana. Sara pensó que necesitaba a Agar para cumplir la promesa, pero Dios le enseñó que Su poder no depende de leyes naturales ni de la ciencia.
El centurión entendió esta fe que trasciende cuando dijo: “Solamente di la palabra, y mi criado sanará” (Mateo 8:8, RVR1960). La mujer del flujo de sangre arriesgó todo, pero dijo dentro de sí: “Si tocare solamente su manto, seré salva” (Mateo 9:21, RVR1960).

¿Y tú? ¿Conoces la fe que trasciende? Es tiempo de enfocar tu mirada en Dios. En tu boca hay poder, y si Él te llamó, Él mismo te respaldará. Da un paso hoy y permite que tu fe trascienda a un nivel mayor.