Jonás: Un pez grande, un Dios más grandeMuestra

Adoración gozosa

¿Cómo puedes resistirte a un pecado que se siente tan bien? ¿Cómo puedes luchar contra tu naturaleza crítica o mantenerte sobrio cuando todos los demás no lo están, o amar a esa persona de tu familia difícil de amar? ¿Cómo puedes regalar más dinero o ser lo suficientemente valiente para enfrentarte a tus amigos cuando chismean? En otras palabras, ¿cómo puedes seguir a Dios con un corazón gozoso y dispuesto?

Jonás lo sabe. “Los que siguen vanidades ilusorias, abandonan tu misericordia. Pero yo, con voz de alabanza, te ofreceré sacrificios y cumpliré mis promesas. La salvación es tuya, Señor’” (Jonás 2:8,9 RVC). ¿Por qué arrepentirse? ¿Por qué obedecer?

Primero, para que no te “apartes del amor de Dios”. Dios ama al mundo, pero puedes apartarte de ese amor si te “aferras” a algo más que a Dios. ¿Hay algún pecado que valga la pena desechar su amor eterno? ¿Vale alguna cosa temporal más que estar con Dios para siempre?

Segundo, porque el Señor te salvó. Jonás está gritando (no murmurando), está agradecido (no quejándose), está listo para sacrificarse a Dios. ¿Por qué? Porque “la salvación viene del Señor”. ¡Esa es la clave espiritual que cambia todo! Hiciste un desastre, pero Dios te hace limpio. Tú cometiste el crimen, pero la cruz pagó la condena. Tú lo rompiste, pero tu Padre lo compró. Tú estabas muerto, pero Dios te dio vida. Esa salvación cambiará tu corazón y te impulsará a la adoración gozosa.

Fija tus ojos en el costo del pecado y la cruz de Jesús, y tú también adorarás a Dios con gozo.