Un Corazón Aprobado Por DiosMuestra

Corrige con mansedumbre, no con contienda
La verdad no necesita gritar, sino amar.
“...El siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos...” (2 Timoteo 2:24 RVR1960).
La madurez espiritual no se mide por cuánto sabes, sino por cómo corriges. En tiempos de confrontación doctrinal y cultural, Pablo llama a la mansedumbre. La corrección que transforma no nace de la rabia, sino del amor. No se trata de ganar discusiones, sino de ganar corazones para Cristo. El carácter humilde y paciente del siervo fiel refleja el corazón de Jesús, quien transforma con gracia, no con imposición.
Reflexión personal:
- ¿Cómo sueles reaccionar cuando alguien piensa distinto a ti, especialmente en temas de fe?
- ¿Qué diferencia haría la mansedumbre en tu manera de confrontar errores?
- ¿Cómo podemos ayudarnos mutuamente a ser “obreros aprobados”?
- ¿Qué implica en la práctica “apartarse del mal” en tu vida diaria?
- ¿Qué situaciones actuales requieren de ti una corrección con mansedumbre?
Desafío vivencial:
En la próxima conversación difícil, decide escuchar primero, responder con calma y orar antes de hablar. Luego, reflexiona sobre el efecto de ese cambio.
Escrituras
Acerca de este Plan

Dios no busca apariencia, sino fidelidad que transforma el carácter. Dios nos invita a cultivar una vida cristiana íntegra, aprobada por Dios, centrada en la verdad, apartada del mal y útil para el Señor. A través de enseñanzas claves de Pablo a Timoteo, somos llamados a vivir con reverencia, pureza y mansedumbre en medio de un mundo que se extravía en discusiones y contiendas sin fruto.
More
Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: leadershiftglobal.com
Planes relacionados

Alaba en Medio De La Prueba

¡Cimientos Para La Tormenta!

CARTAS VIVIENTES: Mostrando a JESÚS con tu vida

Volver a Lo Esencial (Back to Basics)

Hombres y una sana sexualidad

Dios Usa Personas Rotas

Beneficios de la obediencia

Emmanuel: La Presencia De Dios Que Transforma Tu Vida.

Como Un Niño: Fe, Pureza Y El Reino De Dios
