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Quiero estar sobrio

DÍA 3 DE 6

Trago 3

Aquí está la otra parte del dolor: el emocional o mental. Para mí, este es el más peligroso, porque puede pasar desapercibido y volverse parte de la personalidad. Este tipo de dolor no se puede medir del 1 al 10, y los medicamentos no tienen un efecto inmediato, a menos que sea un relajante intravenoso… y aun así, toma unos minutos. Es difícil de distinguir.

¿Cuántas veces te has sentido como si no pudieras más? ¿O como si tuvieras un vacío profundo? Tal vez sientes, de manera recurrente, ganas de llorar, y por más que lo haces, no es suficiente. Puede que no te queden lágrimas, o ni siquiera salgan. O simplemente estás así, y luego tienes una alegría o euforia incontrolable. También están esos momentos en que solo quieres dormir, o no puedes conciliar el sueño. Comes en exceso… o no comes nada.

Son muchos los síntomas que podría mencionar, y créeme cuando te digo que te comprendo. Puedes saber o no saber la razón de tu sentir. Tal vez temes buscarla o enfrentarte a ella. Luchas, y nada. Tu personalidad cambia. Tu cuerpo también. Llegas a no reconocerte.

Pero déjame decirte algo: no hay lugar en este mundo donde no exista al menos una persona que se preocupe por ti, donde no haya alguien velando por ti. (Puedes escribirnos, y oraremos por ti.)

Jesús también sintió tristeza. No me imagino cómo se habrá sentido al ver la reacción del pueblo hacia Él, o cómo se le arrugaba el corazón ante los pensamientos y deseos ajenos de sus discípulos, que aún no entendían. Me atrevo a decir que sintió ansiedad, frustración y miedo cuando pidió que pasara de Él esa copa…

Aun así, ese mismo Jesús dijo:

"Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación" (Mateo 5:4 RVR1960).

Él puede sanar esas heridas. Puede acompañarte en tu proceso. Puede darte ese consuelo, esa sanidad que necesitas. Sé que es sumamente difícil. No digo lo contrario. Pero podrás. Duele… pero sanarás.

Ve por ayuda profesional. Aférrate. Esta parte es importante: no seas presuntuoso. Claro que Dios puede hacerlo sin ayuda médica, pero si está dentro de tus posibilidades, ve.

Si alguien de tu entorno muestra estas actitudes, si dice que no quiere seguir, o si tú mismo lo sientes, recuerda: no estás solo. Jesús está a tu lado. Tienes personas a tu alrededor. Y si no ves a nadie, tu familia de la fe está aquí para ti. Háblanos. Oremos juntos. Tus lágrimas son benditas, porque te harán ver las cosas que Jesús puede hacer por ti.

PD: Te habla alguien que ha pasado por varios de estos tragos. Puedo escucharte… y orar por ti.

Escrituras

Acerca de este Plan

Quiero estar sobrio

Este plan bíblico es creado para concientizar al lector del mensaje que Pedro escribió: "Sed sobrios y velad". Esperamos que sea de bendición para ti.

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Nos gustaría agradecer a Andad en Él por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.instagram.com/andadenel