Habitar en Su PresenciaMuestra

Respuesta
Respira profundo y prepárate para adentrarte en una de las promesas más hermosas y tiernas de la Escritura. El salmo 91 cierra con la voz de Dios mismo, que responde a quien ha decidido habitar en Él y amarle. Dice: “Porque en mí ha puesto su amor, yo entonces lo libraré; lo exaltaré, porque ha conocido mi nombre” (Salmo 91:14 NBLA). Aquí no encontramos solo un listado de bendiciones, sino una declaración divina de reciprocidad, un reconocimiento del Señor hacia aquel que le ha entregado su corazón.
Dios promete responder y acompañar a quien le invoca. Y lo hace con una aclaración preciosa: no porque lo amemos de manera perfecta, sino porque nuestra decisión de amarle es genuina. Aunque fallemos, su misericordia cubre nuestros errores y su amor nos alcanza. ¡Qué descanso saber que no se trata de tener un desempeño impecable, sino de nuestra entrega!
El texto también dice: “porque ha conocido mi nombre”. Conocer el nombre de Dios no es simplemente saber cómo llamarlo; es reconocer sus atributos, admirarle y adorarle por lo que Él es. Es tener la certeza de que cuando pronunciamos Su nombre, nos dirigimos al Dios Todopoderoso, al Refugio fiel, al Padre amoroso, al Redentor eterno.
Ahora bien, Dios no promete que estaremos exentos de angustia o aflicción. Lo que promete es aún mejor: Su compañía en medio de la dificultad. Afirma: Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré (Salmo 91:15 RVR 1960). Saber que el Señor camina a nuestro lado incluso en los momentos más oscuros es más valioso que la ausencia de problemas. La compañía de Dios se convierte en el verdadero refugio, y si es necesario, Él mismo extenderá su mano poderosa para rescatarnos.
En medio de la vulnerabilidad, cuando nuestra identidad se tambalea y el enemigo intenta susurrarnos mentiras, esta promesa nos recuerda algo esencial: Dios nos honra. No solo nos saca del pozo, sino que restaura lo que se había roto, devuelve dignidad donde hubo vergüenza, y honra donde hubo desprecio. La restauración de Dios siempre es más abundante que la pérdida.
Y como si todo esto no fuera suficiente, Dios culmina con la promesa más gloriosa: “Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación” (Salmo 91:16 RVR 1960). Habitar en Él y amarle de forma genuina abre las puertas a contemplar Su gloria por la eternidad. Lo que hoy vivimos (con sus pruebas, luchas y cargas) es apenas un instante en comparación con la plenitud que disfrutaremos en Su presencia.
Así que, mientras miras tu presente, recuerda: lo temporal no puede opacar lo eterno. Lo difícil de hoy es nada frente a la gloria que está por venir. Acércate, descansa y confía en los brazos de tu Padre. Él ha prometido estar contigo, rescatarte, honrarte y mostrarte su salvación.
Escrituras
Acerca de este Plan

La confianza en Dios no nace solo de palabras declaradas con fe ni de consejos en tiempos difíciles. Se fortalece cuando habitamos en Su presencia, cuando aprendemos a conocerle, escucharlo y descansar en Su cuidado constante. Al acercarnos a Su corazón cada día, descubrimos que confiar plenamente en Él es posible, y que Su amor nos sostiene en toda circunstancia.
More
Nos gustaría agradecer a Isela Valenzuela por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.instagram.com/atippica?igsh=Ym93Y3U1NmF5ZDNq&utm_source=qr
Planes relacionados

Encuentros con Jesús que cambian nuestra vida

La Verdad De Dios

ADVIENTO

Encontrando a Jesús

De la prueba al propósito

Nacidos para vencer el pecado

Naciendo en Un Pesebre

Descubriendo el propósito de mi vida

El Taller Del Artista: Redefiniendo Tu Identidad en Cristo
