Líderes De IntegridadMuestra

Día 5: Terminando bien la carrera
Comenzar bien es valioso, pero terminar bien es glorioso. La verdadera medida del liderazgo no se encuentra en los logros iniciales, sino en la fidelidad sostenida hasta el final. Pablo, al acercarse a su partida, pudo declarar con paz: “He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe” (2 Timoteo 4:7). Estas palabras resumen la meta de todo siervo fiel: llegar al final con integridad, sin desviarse, sin renunciar, sin perder la fe.
Muchos comienzan con pasión, pero pocos perseveran. En la Biblia, varios líderes fueron usados poderosamente por Dios, pero no terminaron bien: Saúl, Gedeón, Sansón, incluso David, que en sus últimos años enfrentó las consecuencias de decisiones equivocadas. La historia de Pablo, en cambio, nos enseña que la fidelidad diaria, la disciplina espiritual y la humildad son las llaves para sostener una vida de servicio hasta el final.
Terminar bien requiere disciplina espiritual. Pablo no hablaba de un esfuerzo físico, sino de un entrenamiento del alma. “Golpeo mi cuerpo y lo hago mi esclavo”, escribió, para describir una vida donde los deseos están sometidos a la voluntad de Dios. Los líderes que no se disciplinan terminan siendo dominados por sus pasiones. La descalificación no siempre significa perder la salvación, pero sí puede significar perder la influencia, el ministerio o el testimonio.
También necesitamos vigilancia constante. Las caídas no suceden de un día para otro; son el resultado de pequeñas concesiones toleradas con el tiempo. El orgullo, el pecado sexual, la avaricia, una mala actitud o la falta de sana doctrina son trampas que, si no se confrontan, destruyen lentamente la vida espiritual. El orgullo cierra los oídos al consejo; la avaricia corrompe la motivación; la falta de pureza contamina el corazón. Cada una puede apartarnos de la meta si no nos mantenemos alertas.
Por eso, los líderes deben vivir en rendición y rendición de cuentas. La transparencia protege el alma. Tener personas de confianza que nos confronten, orar con otros líderes y mantener relaciones sanas evita la autosuficiencia. La humildad de admitir debilidades es una señal de fortaleza espiritual, no de debilidad.
Terminar bien también implica recordar la gracia de Dios. Ninguno de nosotros está exento de tropezar, pero sí podemos ser restaurados. Pedro cayó, David falló, pero ambos fueron levantados porque se humillaron ante Dios. Terminar bien no significa no haber caído nunca, sino haber permitido que la gracia de Cristo nos transforme hasta el final.
El liderazgo fiel no es una carrera de velocidad, sino de resistencia. Cada día cuenta. Cada decisión moldea el final. Que, al llegar el momento, podamos decir con gozo como Pablo: “He guardado la fe”.
Aplicación práctica: Reflexiona: si tu carrera terminara hoy, ¿podrías decir que has peleado la buena batalla y guardado la fe? Pide a Dios fortaleza para perseverar en santidad y humildad hasta el final.
Acerca de este Plan

Este devocional invita a los creyentes a liderar con el carácter de Cristo. A lo largo de seis días, Miguel Núñez presenta enseñanzas bíblicas que revelan cómo la integridad, la humildad y la esperanza en el Evangelio forman el corazón de un verdadero líder. Cada día ofrece una reflexión práctica que impulsa a servir con sabiduría, depender del Espíritu Santo y reflejar la gloria de Dios en cada área de la vida. Una guía para quienes desean liderar con propósito, coherencia y una fe que transforma.
More
Nos gustaría agradecer a RightNow Media por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.rightnowmedia.org/es
Planes relacionados

¡Prepará tu vida para lo que viene!

CULTURA DE ORIGEN Devocional 21 días

Dios en Casa: El Milagro Del Culto Familiar

Navidad Con Sentido

Nada que me aparte de Cristo

The Bible Effect: Bajar el Ritmo - serie de 3 días

Fuerte en tu debilidad: 5 verdades de la vida de Gedeón

El secreto del gozo

7 Días Para Vivir Lo Que Crees
