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Líderes De IntegridadMuestra

Líderes De Integridad

DÍA 4 DE 6

Día 4: El líder y la humildad

El liderazgo cristiano no se mide por el reconocimiento, sino por la disposición a depender de Dios. La humildad no es debilidad; es la fortaleza de quien reconoce que su poder no proviene de sí mismo, sino del Espíritu. Pedro aprendió esta lección de manera dolorosa. Antes de negar a Jesús, estaba seguro de su fidelidad: “Señor, estoy dispuesto a ir contigo tanto a la cárcel como a la muerte.” Pero la noche no había terminado cuando descubrió su fragilidad. Su orgullo lo había cegado a su necesidad de depender de Dios.

Jesús le advirtió que Satanás lo zarandearía como a trigo, no para destruirlo, sino para purificarlo. La prueba reveló lo que había en su corazón y, tras su caída, Pedro comprendió que el liderazgo comienza en la humildad. Años después, escribiría: “Sean de espíritu sobrio, estén alerta. Su adversario, el diablo, anda como león rugiente, buscando a quién devorar” (1 Pedro 5:8). Pedro hablaba con la autoridad de quien fue restaurado por gracia y sabía que la soberbia precede a la caída.

Todo líder espiritual está en la línea de fuego. La guerra no se libra solo en lo visible, sino en el corazón. El orgullo, la autosuficiencia y la falta de oración abren brechas que el enemigo aprovecha. Muchos caen no por una gran tentación repentina, sino porque dejaron de velar, dejaron de depender. Las caídas públicas comienzan con descuidos privados: la oración se enfría, la Palabra deja de ser prioridad y el corazón pierde sensibilidad espiritual.

La humildad es el antídoto contra el orgullo y la clave para permanecer firmes. Ser humilde no significa pensar menos de uno mismo, sino pensar más en Dios. Significa reconocer que toda posición, influencia o ministerio son dones inmerecidos. La dependencia del Espíritu no es opcional; es la única manera de sostener el alma en medio del combate. Jesús mismo, siendo Dios, vivió en completa sujeción al Padre y al Espíritu Santo. Si Él dependió, cuánto más nosotros.

El llamado es claro: “Velen y oren para que no entren en tentación” (Mateo 26:41). La humildad se cultiva en oración, en vigilancia constante y en una comunidad que nos ayuda a rendir cuentas. El líder que reconoce su vulnerabilidad se vuelve más fuerte, porque permite que Dios pelee sus batallas. En cambio, el que confía en su propia capacidad, inevitablemente tropezará.

Dios usa las pruebas para quebrar nuestro orgullo y enseñarnos que sin Él nada podemos hacer. Cuando caemos de rodillas ante Él, no perdemos nuestra dignidad, sino que la encontramos. La verdadera grandeza del líder no se mide por su poder, sino por su dependencia de Dios.

Aplicación práctica: Examina tu corazón. ¿Hay áreas donde has confiado más en tus fuerzas que en el Espíritu Santo? Pide a Dios que te dé la humildad necesaria para depender plenamente de Él cada día.

Acerca de este Plan

Líderes De Integridad

Este devocional invita a los creyentes a liderar con el carácter de Cristo. A lo largo de seis días, Miguel Núñez presenta enseñanzas bíblicas que revelan cómo la integridad, la humildad y la esperanza en el Evangelio forman el corazón de un verdadero líder. Cada día ofrece una reflexión práctica que impulsa a servir con sabiduría, depender del Espíritu Santo y reflejar la gloria de Dios en cada área de la vida. Una guía para quienes desean liderar con propósito, coherencia y una fe que transforma.

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Nos gustaría agradecer a RightNow Media por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.rightnowmedia.org/es