Una Fe Que Produce VidaMuestra

Una fe que mata

Podemos concluir hasta el momento, que la fe que el mundo suele profesar, lleva a las personas a la satisfacción de ver hechos realidad los deseos de su corazón; las expectativas que la fe les ofrece, están relacionadas con la prosperidad que ofrece el mundo, con lo que anhelan en su corazón sin importar que no esté alineado a la voluntad de Dios.

La fe por sí sola es un acto humano que engrandece y enorgullece el corazón, un acto meramente intelectual o mal llamado espiritual, vano, inútil e inservible.

La fe por sí sola se puede tener en cualquier cosa, en lo que tú quieras, no habrá diferencia alguna por su inutilidad; sin embargo, hay una fe que no se ejerce por fuerza humana, que es provista por gracia de manera sobrenatural; la fe verdadera que contiene el Poder para regenerar nuestra vida conforme a la vida del protagonista que la inspira, la fe en Jesucristo. Es en Él, a través del Espíritu Santo, que podemos hallar y ejercer la vida que nuestro Padre, quiere que vivamos ante sus ojos.

Tener fe en Jesús es la certeza de lo que se espera en Él, la convicción de lo que aún no podemos ver pero que sabemos es una realidad por Quien Es Él; por lo que hizo por nosotros, por lo que ha de acontecer según la Palabra de Dios, según sus propósitos por amor de su Nombre.

Una fe que mata, así es la fe que vivimos en el Nombre de Jesús; una fe que mata en nosotros todo cuanto está desalineado a su Nombre, a la voluntad de Dios; una fe que nos permite morir al pecado para vivir en santidad.

La fe que el mundo profesa es pecado, y produce maldición y muerte; pero la fe en Cristo Jesús, produce santidad, justicia, bendición y vida; la vida abundante y eterna que como hijos de Dios, tenemos garantizada en el Nombre de Jesús, por gracia.