Una Fe Que Produce VidaMuestra

La fe en Jesús produce vida

Cuando por gracia nos es revelado el Nombre de Jesucristo, a quien debemos mirar para imitar, para vivir conforme a Quien Es Él; podemos entender que la fe en su Nombre, mata. Mata todo lo que no está acorde a su identidad y su carácter en nosotros, mata todo lo que hay en nosotros y que no corresponde a la vida que hemos recibido en su Nombre.

La fe en Jesús mata, mata el deseo por vivir a nuestra manera; mata el deseo de pecar, mata la ansiedad, mata la preocupación, mata todo lo que nos pretende en determinados momentos robar la paz que hemos recibido. La fe en Jesús mata el orgullo, mata la egolatría, el egoísmo y los deseos pecaminosos de nuestro corazón. La fe en Jesús nos hace morir para que vivamos en su Nombre.

La fe en Jesús produce vida, nos resucita y nos alinea a la santificación que en su Nombre necesitamos experimentar cada día. Hemos recibido el Espíritu de Dios, para combatir todo lo que hacíamos cuando éramos presos de nuestros delitos y pecados, cuando vivíamos en desobediencia amoldados a los poderes invisibles de este mundo. Cristo Jesús, ha matado el poder del pecado, la maldición y la muerte en nosotros; Él, nos resucitó y nos concedió la dicha de vivir conforme a su Nombre.

La fe en Jesús nos lleva a vivir en santidad y justicia, nos lleva a ser como Él; la fe en Jesús nos fortalece y nos cimenta conforme al conocimiento de su Nombre, revelado a través de la Palabra de Dios.

Aunque no sea fácil en todos los momentos, por la fe en Jesucristo, vamos a contar siempre con la certeza de avanzar en el propósito de ser alineados a su Nombre a través el Espíritu Santo, a través de todo cuanto Dios nos permite vivir. La fe en Jesús nos lleva hacia Él mismo, a ser como Él, a vivir como Él, hacia sus propósitos y hacia el cumplimiento de las obras que de antemano han sido preparadas para manifestar su Nombre.

La fe en Jesucristo, nos aterriza no solo en el propósito de nuestra salvación, Él. La fe en Él, nos cimenta en los propósitos que Dios ha determinado cumplir conforme a su Palabra para la eternidad, por amor de su Nombre.