Sean FructíferosMuestra

LOS FRUTOS ESPIRITUALES

Jesús da un mandamiento que se aplica a todos nosotros: «vayan y hagan discípulos». Con estas palabras nuestro Señor lleva el mandamiento de ser fructíferos a otro nivel: a un nivel espiritual.

Ser fructíferos de forma espiritual implica también mucha responsabilidad de nuestra parte porque Jesús también añade: «enséñenles a cumplir todas las cosas que les he mandado», así que no es algo que se realiza y se deja a un lado. Es algo que debemos cuidar para que dé frutos.

La analogía de los frutos también se lo utiliza para indicarnos el carácter que debemos desarrollar, como lo dice en Gálatas: «el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza».

Estamos llamados a dar frutos espirituales y ayudar a otros para que también ellos desarrollen su vida espiritual (Zoé). Todos los seres humanos tienen Bíos, pero sólo los hijos de Dios tenemos Zoé.

Cristo vino a este mundo y lo hizo con sus discípulos: desarrolló sus vidas espirituales. Nos mostró como hacerlo: cómo ser fructíferos espiritualmente. Ahora es nuestro turno de replicarlo en nuestros amigos, familia y vecinos.

Pero también al final nos recuerda que en todo este proceso no estaremos solos, sino que Él estará con nosotros hasta el fin del mundo.

Preguntas para reflexionar:

1. ¿Cuándo fue la última vez que ayudaste a alguien a desarrollar su vida espiritual?

2. ¿Puedes imaginarte un mundo donde los cristianos ya no den frutos espirituales?

De parte del equipo de Theological Bites, esperamos que este devocional haya sido de mucha bendición para ti. Tenemos un Podcast donde conversamos sobre este tipo de temas y ayudamos a las personas para que tengan una relación más profunda con Dios. Puedes ver el Podcast en este link:

THEOLOGICAL BITES