El Misterio ReveladoMuestra

El contenido del misterio

"Y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas" (Efesios 3:9 RVR1960).

El misterio revelado es Cristo en nosotros, esperanza de gloria.

Pablo reconoce las limitaciones para entender la sabiduría de Dios y poder expresarla en lenguaje humano, y que solo a través de la revelación dada por Dios es posible su comprensión.

Este misterio de Dios no es un enigma místico, sino un plan divino antes oculto y ahora revelado en Cristo. Por siglos, ni profetas ni ángeles lo conocieron en plenitud (1 Pedro 1:10-12). Ahora, la “dispensación” (o administración) de este plan es abierta: la salvación no es exclusiva de Israel, sino para todo el mundo (Gálatas 3:8).

Este misterio no es una idea abstracta, sino una persona: Jesucristo, Hijo de Dios, hecho hombre, muerto y resucitado para reconciliarnos con el Padre (Filipenses 2:5-11). En Él convergen la justicia de Dios, su misericordia y su poder salvador.

La tarea de “aclarar” implica comunicar con precisión y fidelidad quién es Cristo y lo que ha hecho. No basta con anunciar; debemos explicar, discipular, responder dudas y mostrar cómo este misterio cambia vidas.

Cuando entendemos el contenido, nuestro mensaje se vuelve claro, centrado y poderoso. No predicamos moralismo, autoayuda o tradición, sino a Cristo crucificado y resucitado (1 Corintios 2:2).

¿Es Cristo mismo, y no otra cosa, el centro de tu mensaje y tu fe?