Autorrealización vs. La Cruz: ¿Qué Camino Elegimos?Muestra

No se Trata Solo de Ti

El evangelio de la autorrealización te dice: “Sigue tu destino. Haz tu camino. Tu propósito es lo más importante".
Pero la Biblia enseña algo radicalmente distinto: no se trata solo de ti.
Eres parte de un cuerpo. De una familia. De una historia que es mucho más grande que tus logros personales.

1 Corintios 12 dice que somos miembros de un solo cuerpo, y que nadie puede decir “no te necesito”.
Eso significa que no hay propósito individual que tenga sentido fuera de la comunidad.
Lo que haces, lo que eres, lo que decides… afecta a otros. Y eso es hermoso, aunque también es desafiante.

El mensaje motivacional moderno pone al “yo” en el centro.
Pero el evangelio pone a Cristo en el centro… y nos pone en familia.

Filipenses 2:3-4 nos llama a vivir en humildad, considerando a los demás como superiores, ocupándonos no solo de lo nuestro, sino también de los demás.
Eso es lo opuesto a una vida egocéntrica. Es una vida de cruz y de comunión.

Y acá viene otra verdad incómoda: muchos solo predican una parte del evangelio. Solo lo que suena lindo, lo que vende, lo que motiva.
Pero como dijo Pablo en Hechos 20:26-27: “No he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios"(RVR1960).
La cruz, el arrepentimiento, la santidad, el juicio, la comunidad… todo eso también es evangelio.

Si solo escuchas lo que te gusta, terminas creyendo en un dios hecho a tu medida. Pero cuando escuchas todo el consejo de Dios, tu vida se alinea con Su diseño, y tu propósito se conecta con la eternidad.

La pregunta no es “¿qué quiero lograr?”, sino: “¿Qué está construyendo Dios, y cómo me está invitando a participar?".

Oración
Señor, no quiero una fe centrada en mí. Quiero formar parte de tu Cuerpo y vivir conectado al propósito eterno que tienes para tu Iglesia. Enséñame a servir, a compartir y a vivir una fe que construye con otros. Amén.

Acción del día
Haz algo concreto por alguien hoy: sirve, escucha, cubre una necesidad.
Y antes de dormir, pregúntate: ¿Hoy viví solo para mí, o formé parte activa del cuerpo de Cristo?

Cierre del plan
Este devocional fue una confrontación con una realidad incómoda: el evangelio no gira alrededor nuestro.
Fuimos llamados no a realizarnos, sino a rendirnos.
No a ser independientes, sino a ser parte del cuerpo.
No a evitar el dolor, sino a cargar nuestra cruz.

Jesús no nos prometió autorrealización. Nos prometió vida eterna, propósito eterno y gozo en medio del proceso.
Y eso es muchísimo más real, más poderoso, y más valioso.

Recuerda esta frase y vívela cada día: “La cruz no es el final de mi historia. Es el principio del propósito eterno de Dios en mí".