De Camino Con JesúsMuestra

Día 2: ¡La Hazaña Más Increíble de la Historia!

Versículo clave:"Porque la paga del pecado es muerte, mientras que el regalo de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor" (Romanos 6:23 NVI).

A veces, la vida se siente como un videojuego. Hay niveles, desafíos, y si cometes un error (o varios), puedes "perder" o no avanzar. Pero, ¿qué pasa cuando el error es tan grande que te desconecta del juego por completo? Algo así, pero mucho más serio, es lo que pasó en la historia de la humanidad. Todos, en algún momento, nos hemos equivocado. Hemos hecho cosas que sabemos que no están bien, hemos pensado cosas egoístas, hemos fallado. A eso la Biblia lo llama pecado. Y el pecado no es solo una lista de cosas prohibidas; es lo que nos separa de la amistad perfecta con Dios. Es como esa "desconexión" que nos aleja de la fuente de la vida.

Pero hoy vamos a hablar de la solución, de la respuesta más sorprendente y poderosa a esa desconexión. Prepárate para descubrir la "Hazaña Más Increíble de la Historia".

Imagina el amor más grande que alguien podría tener por ti. Un amor que es capaz de hacer lo imposible para ayudarte, incluso cuando no lo mereces. Ese es el amor de Dios. Él nos creó, nos dio vida, y quería una amistad con nosotros, pero nuestro pecado (nuestras acciones y actitudes que van en contra de lo que Dios es) puso una barrera. El versículo clave de hoy dice que "la paga del pecado es muerte". No es que Dios sea un juez castigador que quiere vernos sufrir, sino que el pecado, por su propia naturaleza, nos lleva lejos de la vida, de la paz, de la presencia de Dios. Es la consecuencia natural de estar "desconectados".

Pero, ¡aquí es donde la historia da un giro espectacular! El mismo versículo continúa: "...mientras que el regalo de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor" (NVI). ¡Una dádiva es un regalo! A pesar de que la consecuencia de nuestros errores era la muerte y la separación de Él, Dios nos ofreció la vida. Y no cualquier vida, sino vida eterna.

¿Cómo lo hizo? A través de su Hijo, Jesús. Piensa en Jesús como ese "héroe" que entró en tu videojuego y pagó el precio de todos tus errores. Él, siendo perfecto, sin haber cometido ningún pecado, decidió cargar con el peso de nuestros pecados en la cruz. Él no tenía que hacerlo, pero lo hizo por amor. Su muerte fue el pago, el sacrificio perfecto, para que esa barrera entre tú y Dios fuera destruida para siempre.

Pero la historia no termina con la cruz. ¡Jesús no se quedó en la tumba! Al tercer día, Él resucitó de los muertos. Esto no solo prueba que Él es Dios y que tiene poder sobre el pecado y la muerte, sino que también nos abre la puerta a una nueva vida. Su resurrección es nuestra esperanza. Nos muestra que la vida es más fuerte que la muerte, que el amor de Dios es más grande que cualquier error que hayamos cometido.

Lo que hizo Jesús en la cruz y al resucitar es la "Hazaña Más Increíble de la Historia" porque fue un acto de amor puro y desinteresado. Él no esperó que nos arregláramos primero o que fuéramos perfectos. Él nos amó cuando todavía estábamos "desconectados", cuando éramos "pecadores". Y por ese amor, nos ofreció un camino de regreso a la amistad con Dios, a la vida plena y eterna. Es un regalo que no podemos ganar, solo recibir con humildad y gratitud.

Aplicación

1. Reflexiona en el regalo: Piensa en el regalo más valioso que hayas recibido, uno que no esperabas y que te sorprendió. ¿Cómo se compara eso con el regalo de vida eterna y amistad con Dios que Jesús te ofrece?
2. Un momento de silencio: Dedica un minuto a agradecer a Jesús por lo que hizo por ti en la cruz. Puedes cerrar tus ojos y simplemente decirle "Gracias, Jesús, por tu amor y por darme vida".
3. Tu decisión: Si nunca antes le has entregado tu vida a Jesús o quieres reafirmar tu compromiso con Él, puedes hacer una oración sencilla ahora mismo. Solo habla con Él desde tu corazón. Por ejemplo: "Jesús, creo que moriste y resucitaste por mí. Te entrego mi vida. Ayúdame a seguirte y a vivir para ti." Si ya lo hiciste, pídele que te ayude a vivir cada día agradecido por su "hazaña".

Oración: “Amado Jesús, gracias por tu amor tan grande. Gracias por ir a la cruz por mis errores y por resucitar para darme vida eterna y una amistad contigo. Ayúdame a recordar siempre esta increíble hazaña y a vivir cada día agradecido por tu sacrificio. Amén".