¿Cómo Puedo Saber Si Mi Sueño Proviene De Dios?Muestra

Día 3 - Paz, alegría y justicia: las señas de identidad de un sueño divino

Un sueño que viene de Dios lleva la marca de su reino. Según el apóstol Pablo, el reino de Dios no consiste en cosas materiales como comer y beber, sino en la justicia, la paz y la alegría que provienen del Espíritu Santo (Romanos 14:17). Así que una de las mejores maneras de discernir un sueño divino es examinar lo que deja en tu corazón. Si el sueño está marcado por la paz interior, la verdadera alegría y un sentido de justicia, es muy probable que venga de Dios.

Sin embargo, es importante no interpretar estos criterios de forma demasiado restrictiva. Por ejemplo, un sueño que provoca miedo no es necesariamente malo o ajeno a Dios. Puede simplemente poner de relieve un miedo oculto que necesitas afrontar. Dios puede utilizar este tipo de sueño para llevarte a reconocer lo que te frena, a fin de invitarte a permanecer en su amor y superar esos temores. Por lo tanto, la emoción sentida durante un sueño no es una prueba absoluta de su origen. Lo que cuenta es el mensaje que se desprende de él y la forma en que te acerca a Dios.

Para interpretar los sueños correctamente, es crucial hacerlo con un corazón lleno de gracia y no bajo un filtro de condenación. Si te acercas a un sueño con ideas equivocadas o con una visión demasiado legalista, corres el riesgo de perderte lo que Dios realmente quiere decirte. Jesús reprendía a menudo a sus discípulos porque su manera de ver las cosas estaba a veces sesgada por su propio pensamiento. Les enseñó a discernir más allá de las apariencias para captar la verdad espiritual. Lo mismo ocurre con los sueños: una buena interpretación depende de la perspectiva que se adopte, y ésta debe estar siempre en consonancia con la gracia y el amor de Dios.

También debemos aceptar que nuestra comprensión de las cosas espirituales es parcial. El apóstol Pablo nos recuerda que vemos como a través de un espejo, imperfectamente (1 Corintios 13:12). Sin embargo, Dios nos guía por su Espíritu y pone en nuestro corazón convicciones profundas que nos permiten reconocer cuando un sueño viene de Él. Lo importante es permanecer atentos a estas impresiones interiores y buscar confirmación en la Palabra y en la oración.

Cuando percibas un sueño que te trae paz, alegría y justicia, acógelo como un estímulo de Dios. Deja que el Espíritu Santo te ayude a comprender su significado y a aplicar el mensaje a tu vida. A menudo es a través de estas sutiles impresiones como Dios habla más poderosamente a sus hijos.

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Jérémy Pothin