Fruto, raíz y corazón: Lo que llevas dentro sale afueraMuestra

De la abundancia del corazón habla la boca

"El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca" (Lucas 6:45 RVR1960).

Tus palabras son el eco de tu corazón. Cuida lo que almacenas dentro.

Lo que sale afuera (palabras y acciones) revela lo que hay adentro (pensamientos, motivaciones, carácter).

Jesús concluye su enseñanza con una verdad impactante: lo que decimos y hacemos brota del corazón. No es solo una cuestión de control externo, sino de abundancia interna. Si lo que más hay en tu corazón es orgullo, queja, juicio, temor… eso terminará saliendo en palabras y actitudes.

La boca habla lo que el corazón guarda (Mateo 15:19). Por eso, Jesús no vino a enseñarnos solo a hablar mejor, sino a tener un corazón nuevo. Y este versículo usa una palabra clave: tesoro. Todos estamos llenando nuestro corazón con algo: con lo que escuchamos, meditamos, vemos, creemos, con quien nos relacionamos. Esas acumulaciones se convierten en nuestro “tesoro”, y lo que sale de nosotros será inevitablemente eso que atesoramos.

Por eso, cuidar el corazón es fundamental. Llenarlo de la Palabra, del amor de Dios, de verdad, de gracia, de humildad. En ese sentido, es relevante el consejo de Proverbios 4:23: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él mana la vida” (RVR1960). Así, lo que salga será coherente con el carácter de Cristo. El problema no está en la lengua, está en el alma.

No se trata de “controlar” todo lo que decimos, sino de transformar lo que estamos alimentando en lo profundo. La boca será simplemente el reflejo de ese proceso.

¿Qué estás almacenando en tu corazón hoy, y cómo se está reflejando eso en tus palabras y actitudes?