Una vida guiada por el Espíritu SantoMuestra

Trabaja en unidad

Luego fueron de ciudad en ciudad enseñando a los creyentes a que siguieran las decisiones tomadas por los apóstoles y los ancianos de Jerusalén.

Una vida guiada por el Espíritu no es individualista. Aunque Pablo era un líder fuerte y lleno de convicción, nunca caminó solo. En su segundo viaje misionero, fue acompañado por Silas, sumó a Timoteo, y además, caminó bajo la cobertura espiritual de los apóstoles de Jerusalén. Se sometió a decisiones colectivas, respetó autoridad espiritual y formó equipo.

El Espíritu Santo no nos llama a ser llaneros solitarios. Nos une a un cuerpo, nos conecta con la Iglesia, nos enseña a trabajar en equipo. Ser guiado por el Espíritu también es aprender a construir relaciones sanas, respetar liderazgo, delegar, sumar, escuchar y acompañar.

En un tiempo donde el individualismo se disfraza de autosuficiencia espiritual, esta verdad sigue vigente: necesitamos a otros para avanzar. Ningún llamado crece bien aislado.

Si quieres ir rápido, ve solo. Si quieres llegar lejos ve acompañado.

El famoso dicho africano, también es aplicable para nuestra vida cristiana. La carrera en la que vivimos no es de velocidad, es de resistencia. Es necesario que pertenezcamos a un cuerpo, a una iglesia local y que tengamos a nuestro alrededor cobertura espiritual para poder terminar la carrera con diligencia y disciplina.

Para reflexionar:

• ¿Estás caminando acompañado espiritualmente o te cuesta dejarte ayudar?

Oración:

Señor, enséñame a trabajar en unidad de tu Espíritu. Ayúdame a honrar a las personas quienes pusiste en mi vida como guía y compañeros de la fe. Que pueda entender que no estoy llamado a hacerlo todo solo, que soy parte del cuerpo de Cristo. Quiero avanzar con otros, crecer en comunidad y caminar bajo tu orden espiritual.