Devocional Agosto "Lámpara a Mis Pies"Muestra

“El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29 RVR1960).

Esta fue la primera frase que Juan el bautista pronunció al ver a Jesús y es una frase muy poderosa porque encierra mucho de lo que fue el ministerio de Jesús. Tal vez la lucha más grande que tiene una persona que ha decidido seguir a Cristo es la lucha con el pecado.

Entendemos que hay cosas incorrectas en nuestra vida, nos esforzamos mucho por dejarlas, pero de repente volvemos a ellas y sentimos que no somos dignos de seguir a Jesús y de que es prácticamente imposible vivir en santidad. Nuestro error es pensar que debemos hacerlo en nuestras fuerzas.

Vencer el pecado es algo que solamente podemos hacer a través de Jesús y de su obra redentora en la Cruz.
Nosotros somos débiles frente a la tentación, Cristo venció toda la tentación.
Nuestra carne está inclinada hacia la maldad, pero el espíritu de Cristo lo hizo hacia la santidad.
Nosotros éramos esclavos del pecado, Cristo nos redimió de la esclavitud.
Nosotros estábamos muertos en nuestros delitos, pero Cristo venció la muerte.

¿Quieres dejar el pecado definitivamente? Acércate a Jesús todos los días, entrega tu vida totalmente. Hay muchas personas que tienen ciertas reservas a la hora de seguir a Jesús porque piensan que es una vida de mucho compromiso y piensan que deben soltar muchas cosas de su vida, pero la verdad es esta: o eres siervo de Jesús o eres siervo del pecado.

La decisión es tuya.