Lámparas Encendidas – Una Fe que Persevera en la Espera

La vida cristiana no es una carrera corta, sino un viaje de fidelidad constante. Jesús habló de diez vírgenes que esperaban al esposo. Todas tenían lámparas, pero solo cinco llevaron aceite extra y estuvieron listas cuando Él llegó. Las demás, aunque tenían la intención correcta, no estaban preparadas.

¿Qué representa ese aceite? Representa intimidad. Representa tiempo con Dios, comunión diaria, búsqueda sincera. No se puede compartir ni improvisar; debe cultivarse. Mantener la lámpara encendida no depende del ambiente ni de las emociones, sino del combustible que hay dentro.

Esperar su venida no es algo pasivo. Es una espera activa. Una vida que arde es una vida vigilante, despierta, expectante. Y hay algo poderoso que sucede mientras esperamos: la espera por Jesús purifica. El anhelo por Su regreso nos llama a vivir con integridad, a soltar lo que estorba, a elegir lo eterno sobre lo temporal. La esperanza viva moldea el corazón para estar listos cuando Él venga.

En tiempos de tanto ruido y distracción, debemos cuidar nuestra lámpara interior. Que el fuego del primer amor no se apague. Que nuestra vida no solo brille por fuera, sino que esté llena por dentro. Permanecer encendidos es más que emoción: es determinación espiritual.

Aplicación

✔ Evalúa cómo está tu lámpara espiritual: ¿está encendida, apagada o a punto de agotarse?
✔ Dedica hoy un tiempo más prolongado a estar con Dios, sin interrupciones.
✔ Ora intencionalmente por un corazón vigilante y lleno del Espíritu Santo.

Preguntas

• ¿Estoy cultivando mi relación con Dios o sobreviviendo espiritualmente?
• ¿Mi vida refleja una fe expectante o una fe adormecida?
• ¿Qué hábitos necesito fortalecer para permanecer vigilante?

Oración

Señor, no quiero que mi lámpara se apague. Enséñame a buscarte cada día con hambre y constancia. Ayúdame a vivir preparado, con mi fe encendida y mi corazón alineado a tu voluntad. Que mientras espero, sea purificado. Que cuando vengas, me encuentres velando, amándote profundamente. Amén.