Viviendo Con ExpectativasMuestra

Somos expertos en complicar el seguimiento de Jesús. Nos convencemos de que hay una fórmula secreta para experimentar más de Dios. Pero Jesús lo hizo sencillo: Sólo pregunta.

Vea el clip de Lumo Lucas 11:1-13

En Lucas 11, Jesús cuenta la historia de alguien que no paraba de llamar a la puerta de un amigo en mitad de la noche. ¿Por qué? Porque necesitaban algo y se atrevieron a seguir pidiendo. Luego se dirigió a sus discípulos y les dijo: Si pedís, recibiréis. Si buscáis, encontraréis. Si llamáis, se os abrirá la puerta.

No tienes que suplicar ni probarte a ti mismo para recibir el Espíritu Santo. Sólo tienes que pedirlo.

Pero aquí está la pregunta más profunda: ¿Qué estás pidiendo realmente?

Cuando oras a Dios, ¿le pides sobre todo cosas: respuestas, bendiciones materiales, soluciones a tus problemas? ¿O le pides más de su presencia contigo?

Dios quiere que le hablemos de todo, incluso de lo que queremos y necesitamos. Pero a veces nos quedamos tan atrapados en los dones que pedimos que damos por sentado al Dador.

Cuando Jesús enseñó a sus discípulos a orar en Lucas 11, dijo que todo el que pida recibirá. Y luego especificó: nuestro Padre que está en los cielos dará el Espíritu Santo a todo el que lo pida. El Espíritu Santo es el don.

Dedica hoy un tiempo a pedir, no más cosas, sino más de Él. Pídelo con valentía. Pídelo con consistencia. Pídelo con las manos y el corazón abiertos.

Ora:“Padre, quiero más de ti. Lléname de tu Espíritu. No sólo quiero respuestas o bendiciones: quiero conocerte. Confío en que cuando te pida, me lo darás”.