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Día 2: Dios te Conoce Íntimamente

¿Alguna vez has sentido que alguien te está "leyendo el pensamiento"? A veces, puede ser un poco incómodo que otros sepan demasiado de nosotros, ¿no?

Pero hoy vamos a descubrir algo increíble: ¡hay alguien que nos conoce mejor de lo que nos conocemos a nosotros mismos! Y lejos de ser algo malo, ¡es una súper buena noticia! En la historia de Job, vemos que Dios conoce cada detalle de su vida, ¡incluso mejor que Satanás! Esto nos revela que Dios, nuestro Capitán, tiene un conocimiento profundo e íntimo de cada uno de nosotros.

En Job 1:8-11, Dios le pregunta a Satanás: "¿Te has fijado en mi siervo Job? (...)". Dios conocía la fidelidad de Job, su carácter y cuánto lo amaba. Satanás, en cambio, solo veía lo de afuera y dudaba de por qué Job era así.

Esto nos enseña que Dios no se queda en la superficie. Él ve directo a nuestro corazón, nuestras intenciones y hasta los pensamientos más escondidos. El Salmo 139:1-6 lo expresa de una manera hermosa: "Señor, tú me has examinado y me conoces... Aún no tengo la palabra en la lengua,
y tú, Señor, ya la conoces". Dios nos conoce al 100%, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos.

Este conocimiento íntimo de Dios es un gran consuelo. Significa que nunca estamos solos, que somos vistos y comprendidos. Dios sabe exactamente por lo que estamos pasando y se preocupa por cada detalle de nuestra vida.

¡Pero pon mucha atención! El conocimiento de Dios va mucho más allá de Job. La Biblia nos muestra que Dios conocía íntimamente a muchísimas personas:

• David: Dios lo llamó un hombre conforme a su corazón (1 Samuel 13:14), ¡conociendo su pasión y todo el potencial que tenía, a pesar de sus errores!
• Jeremías: Dios le dijo: "Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido" (Jeremías 1:5 NVI), ¡mostrando que nos conoce incluso antes de nacer!
• Moisés: Dios hablaba con Moisés "cara a cara" (Éxodo 33:11), ¡revelando una relación súper cercana y de mucha confianza!
• María (la madre de Jesús): Dios la eligió para una misión súper importante, ¡conociendo su humildad, fidelidad y disposición para obedecer!

Y esto nos lleva a una verdad poderosa: Dios no sólo ve lo que hacemos, ¡también sabe por qué lo hacemos! En un mundo donde muchos siguen a Dios por interés, la iglesia está llamada a tener una fe auténtica, que lo ame por quien Él es y no sólo por lo que nos da.

Así como un capitán conoce a su tripulación y sabe cuáles son sus fortalezas y debilidades, ¡Dios nos conoce a nosotros y nos guía justo como necesitamos!

Aplicación:

Reflexiona a fondo: ¿Sientes que Dios te conoce de verdad? ¿Hay alguna parte de ti que sientes que le escondes incluso a Él? (Por ejemplo: miedos, inseguridades, deseos secretos, errores del pasado).

Examina tus razones: ¿Cuáles son las principales razones por las que sigues a Dios? ¿Hay alguna motivación egoísta o superficial en tu relación con Él? ¿Lo amas por lo que te da o por quien Él es?

Busca ser auténtico: Pídele a Dios que te muestre si hay algo falso en tu fe y que te ayude a tener una relación basada en el amor verdadero y la adoración sincera.

Abre tu corazón: Dedica un rato a escribir en tu diario tres cosas que quieres que Dios conozca de ti en lo más profundo. Luego, entrégaselas en oración, confiando en su amor y que te entiende.