Devocional Junio "Lámpara a mis pies"Muestra

“Y dondequiera que entraba, en aldeas, ciudades o campos, ponían en las calles a los que estaban enfermos, y le rogaban que les dejase tocar siquiera el borde de su manto; y todos los que le tocaban quedaban sanos” (Marcos 6:56 RVR1960).

El Señor Jesús venía de una jornada muy pesada. El día anterior había enseñado a una multitud durante horas hasta muy tarde y los había alimentado de manera sobrenatural. En la noche se quedó con las personas mientras sus discípulos navegaban al otro lado del mar de Galilea. El Señor los alcanzó en medio de la noche y, tan pronto llegaron a la otra orilla, lo reconocieron y empezaron a traerle enfermos para que los sanara.

Acá podemos ver el amor del Señor por su pueblo: se entregó por completo a servirles. Sin importar el desgaste físico que implicara, estaba siempre disponible para suplir las necesidades de quienes lo rodeaban. Esto significa que no importa el día ni la hora, siempre puedes contar con Él. Por supuesto, también vemos su poder y su misericordia: ni siquiera tenía que hablar o colocar sus manos en los enfermos para que fueran sanos, solamente que tocaran el borde de su manto era suficiente.

Recuerda que tú tienes acceso al Lugar Santísimo y estás sentado en los lugares celestiales con Cristo. Tienes acceso directo y permanente a Su presencia, así que búscalo en todo tiempo, recordando cuán bueno y maravilloso es.