Devocional Junio "Lámpara a mis pies"Muestra

“...Porque no elevamos nuestros ruegos ante ti confiados en nuestras justicias, sino en tus muchas misericordias” (Daniel 9:18 RVR1960).

Daniel oró por su pueblo, confesó el pecado de sus antepasados, aunque él no hubiera pecado como ellos, y pidió a Dios misericordia para su nación. El profeta tenía fe y esperaba que Dios escuchara su oración y trajera libertad, pero en ningún momento pensaba que fuera por su propia justicia o por la elocuencia de su oración, sino por la misericordia de Dios.

¿A qué te aferras cuando oras? ¿Piensas que Dios debe responderte porque eres muy bueno o porque mereces que se mueva en tu favor? Es difícil encontrar un hombre como Daniel, de quien sus enemigos no pudieron encontrar de qué acusarle, ni siquiera en lo relacionado con su trabajo. Pero incluso él, que podría tener más méritos que nosotros, decidió apelar a la misericordia de Dios.

El Señor le dijo a Pablo que Su gracia era suficiente, esto significa que no necesitamos nada más aparte de ella. Cuando ores, recuerda que estás hablando con tu Padre, que ya entregó todo por ti simplemente porque te ama y recuerda que su gracia es suficiente.