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Jesús en Mi BarcaMuestra

Jesús en  Mi Barca

DÍA 1 DE 5

Jesús en mi barca

Cuando el Señor estaba durmiendo en la barca en la que navegaba, azotó una tempestad. Como es de esperarse, sus discípulos al ver el terrible mal tiempo se asustaron y temieron por sus vidas. De inmediato se acordaron de que Jesús estaba acostado y volaron donde Él para despertarle.

Las palabras de ellos fueron: “Señor, sálvanos que perecemos". Tal parece que, a pesar del miedo, tenían fe para creer que Jesús, un solo hombre podía salvarles. Entonces me parece extraño que Jesús les dijera: “¿Por qué teméis hombres de poca fe?”. ¿Sería que esperaba que aquellos discípulos calmaran la tempestad?

¿Podrían haber hecho los discípulos lo que hizo Jesús, ordenar al viento y al mar que se calmasen? Tal vez sería que, aun cuando la tempestad arreciaba, ellos podían descansar en la realidad de que Jesús, aunque dormido, estaba con ellos en la barca. No importaba lo grande que fueran las olas ni la fuerza del viento, porque estando Él presente estaban muy bien protegidos.

Dado que los discípulos no hicieron ninguna de las anteriores, fue muy normal la pregunta del Señor: “¿Por qué teméis hombres de poca fe?”. Es interesante notar el asombro de los discípulos cuando Jesús calmó la tempestad. Sus primeras palabras mostraban una gran consternación: “¿Qué hombre es este?”.

¡Cómo somos de incrédulos! Nos sale a flor de piel la incredulidad. Los discípulos andaban con Jesús, eran testigos presenciales de sus milagros, veían en primera línea las manifestaciones de su poder y aún se preguntaban en una total ingenuidad, “¿Qué hombre es este?”.

¡Ay, ay, ay cómo somos! Lo maravilloso es que el Señor está en nuestra barca siempre yactúa a nuestro favor a pesar de nuestras dudas y temores. “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo" (Jn. 14:27).

Acerca de este Plan

Jesús en  Mi Barca

Cada uno de nosotros navegamos en la vida, unos solos y otros muy bien acompañados. Los que hemos sido redimidos por Jesucristo, nuestro Salvador, podemos tener la certeza de que, en nuestra barca, Cristo está presente. En este plan veremos cómo la ayuda del Señor siempre está disponible para nosotros, los que hemos creído en su obra redentora. Gracias a Dios, porque Cristo Jesús ha entrado a nuestra marca.

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Nos gustaría agradecer a Grettchen Figueroa por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: facebook.com/GrettchenStage