El Año del Favor del SeñorMuestra

El año del Favor del Señor

por Bryan Craig

Consuelo, Provisión, Belleza, Alegría, Alabanza

"Para consolar a todos los que lloran, y proveer para los que lloran en Sion, para otorgarles una corona de hermosura en lugar de cenizas, óleo de alegría en lugar de luto, y un manto de alabanza en lugar de espíritu de desesperación" (Isaías 61:2b-3).

Me encanta liderar grupos de discipulado. Me encanta ver a Dios obrar en la vida de los demás y jugar un pequeño papel. Cuando dirijo un grupo de discipulado, oro para saber a quién debo invitar. La oración dice más o menos así:

"Señor, quiero ayudar a algunas personas a ser liberadas. Quiero ayudarlos a encontrarte y aprender a permanecer en Ti para que puedan llenarse de Ti. Señor, quiero verlos convertirse en una influencia positiva en sus familias, en su lugar de trabajo, en su iglesia y en esta comunidad. Señor, muéstrame a quién invitar. Señor, por favor ayúdame".

Puedo decirles que Dios se deleita en contestar una oración como esa. ¿Por qué? Es porque estas son cosas que están cerca de Su corazón. Luego voy en busca de las personas que Dios pone en mi corazón, y cuando me reúno con ellos, comparto mi corazón y les pido que consideren emprender un viaje hacia la intimidad con Cristo.

Entonces, Dios arma un grupo. Es un grupo de personas de diferentes orígenes, diferentes edades, diferentes perspectivas, diferentes secretos. El Espíritu los está llamando y atrayendo a este grupo por una razón. A veces, saben exactamente por qué es y qué esperan encontrar. Otras veces, tienen hambre de más de Dios, y sienten que falta algo en su vida, pero realmente no pueden poner el dedo en la llaga. Vienen y se reúnen, y mi co-guía y yo hacemos todo lo posible para servirles y mostrarles el camino, pero sabemos que el Espíritu Santo realmente está haciendo todo el trabajo. Él usa la Palabra de una manera enorme, pero también usa la camaradería y la dinámica de este grupo en particular durante esta etapa particular de la vida.

Dios sabía quién tenía que estar en este grupo, porque conocía los desafíos que enfrentarían durante nuestro tiempo juntos, y sabía de sus fortalezas, inseguridades y heridas. Los juntó "para un momento como este". Ester 4:14. Por lo general, después de unas cuantas reuniones, empiezo a ver por qué estas personas y por qué ahora. A medida que guiamos a las personas para que se conviertan en discípulos, vivimos Isaías 61. En todos nuestros grupos, ya sean hombres, mujeres o parejas, vemos:

Las personas que sufren por la pérdida de sus seres queridos encuentran consuelo y esperanza.

Personas que satisfacen las necesidades de los demás miembros del grupo.

Personas que sentían que sus vidas eran feas y rotas, encontrando belleza en el Señor.

Personas que descubren la alegría, a pesar de sus circunstancias.

La gente comienza a alabar a Dios en lugar de maldecir a los demás.

Mientras me siento en mi asiento de primera fila y veo a Dios obrar milagrosamente, sé que soy parte de algo muy especial. Dios también tiene un asiento de primera fila esperándote.