Cómo Servir a Dios Con Pasión Y Excelencia... Y No Desmayar en El Intento.Muestra

Tu corazón y el servicio.

Créeme cuando te digo que lo segundo más importante que debes aprender cuando se trata de servir a Dios es CUIDAR TU CORAZÓN.

Debes saber que una de las razones más comunes por las que muchas personas abandonan su servicio a Dios es por causa de la ofensa, un enemigo natural del corazón de todo creyente. Por esta razón debes procurar diligentemente desarrollar dos virtudes en tu vida que te van a ayudar a mantener tu corazón sano, estas son: el amor y el perdón.

Un corazón sano y limpio es la plataforma de que tu servicio a Dios sea como olor fragante delante de su presencia. Un corazón sano es más importante que tus habilidades, que tu talento, que tu cargo en la iglesia, que tu dedicación, esfuerzo y aún más importante que tu imagen y reputación, tu servicio a Dios debe brotar de un corazón sin ira ni contienda.

A lo largo de los años he visto a muchas personas que lamentablemente desmayaron en su determinación de servir a Dios cuando descuidaron su corazón. Le dieron lugar a la ofensa en vez de echar mano del amor y el perdón.

Cuando sirves a Dios hay muchas oportunidades de que tu corazón se dañe contra alguno de tus hermanos creyentes o aún líderes. La Iglesia es como una gran familia donde sirven todo tipo de personas. Convivimos junto a muchos otros que al igual que nosotros un día tomaron la decisión de servir a Jesús.

Te garantizo (y no estoy siendo negativo simplemente estas cosas suceden) que en algún momento tendrás alguna diferencia con alguno de ellos, algún malentendido o conflicto en alguna área, o simplemente el enemigo tratará de dañar tu relación con alguna persona y entonces esa será la gran oportunidad para que la ofensa entre en tu corazón.

El diablo también te incitará a que compitas con otros o que envidies sus habilidades o cargos y cosas por el estilo. Él tratará de clavar dentro de tu corazón una espina contra alguno de tus hermanos y eso es peligroso.

Si eso te llega a pasar siempre recuerda el ejemplo de Jesús. El Señor decidió perdonar a quienes lo clavaron en la cruz, a quienes lo persiguieron y provocaron su sufrimiento, a quien lo traicionó, a sus discípulos que le abandonaron cuando más les necesitó y aún a nosotros quienes con nuestra conducta y pecado también le lastimamos. El decidió perdonar y amar antes de guardar cualquier ofensa que dañara su corazón.

Por ello te invito a caminar en amor y a perdonar a quienes te ofendan, medita en que quizá tú también has ofendido a otros y que lo correcto es disculparte con ellos, eso garantizará que tu corazón este sano y limpio y que tu servicio sea una ofrenda agradable que glorifica a Dios.