Una Esperanza FirmeMuestra

La esperanza es un símbolo de vida y no solo aparece en los momentos más desesperantes sino también en los momentos de abundancia.

Para los escritores del Antiguo Testamento, Dios es la esperanza de Israel. Confían en Él, descansan pasivamente en Él o anticipan activamente la bendición divina. Su esperanza está en el pacto hecho por Dios. En el Nuevo Testamento, Cristo es la esperanza del cristiano. El mensaje de Jesús es un mensaje de esperanza. El Apóstol Pablo presenta la esperanza como una expectación confiada y paciente de lo que no se ve.

Nuestra esperanza y fe en Dios son los pilares que nos deben ayudar a mantenernos firmes en medio de los momentos de opresión o dificultades.

Cuando nos mantenemos firmes en nuestra esperanza podemos sonreír en medio del caos.

La primer razón por la que debemos mantener firme nuestra esperanza es que tener esperanza en Dios nos anima a creer para nuestro futuro.

Eso significa creer en las promesas de Dios aunque no conozcamos cuando será su cumplimiento.

La esperanza en Jesús nos llama a poseer los bienes presentes y futuros de Su gracia. Presentes por lo que vivimos hoy (gracia) y futuros por lo que esperamos (vida eterna).

Abraham creyó esperanza contra esperanza para ver la promesa de su hijo Isaac cumplida en su vida, pero también para confiar en el cumplimiento de la promesa de ser padre de naciones.

Al momento de escribir este devocional estoy orando por un empleo y sé que debo tener fe para poder recibirlo pero también debo tener fe en que Dios proveerá todo lo que necesito mientras ese empleo llega.

¡Creamos que Jesús tiene un futuro bueno para nosotros!