Doña ReligiónMuestra

¿Cómo Nos Hacemos a Doña Religión?

Hay varias formas de explicar cómo doña religión viene a cobrar protagonismo en nuestra vida, aún siendo hijos de Dios; quitándole el protagonismo que Cristo Jesús, debe tener en nosotros.

Vamos a desenmascarar lo que religiosamente hemos adoptado y nos hace caer de la gracia al intentar hacer en las propias fuerzas lo que ya el obrar del Espíritu Santo produce en nosotros; en la medida que vayamos retomando algunos de estos aspectos, seamos humildes y reconozcamos ante nuestro Padre y en arrepentimiento por dar lugar a la religiosidad, pidamos su perdón para que en la libertad que recibamos por Cristo Jesús, avancemos en nuestro caminar cristiano conforme a su voluntad:

1. Somos religiosos, cuando creemos que por adoptar ciertas formas de piedad, somos más dignos, santos o justos a los ojos de Dios. Esas obras pueden ser incluso formas en que buscamos agradar a Dios, pero se pueden convertir en un altar o ídolo que forjamos de todo aquello que hacemos, creyendo que porque lo hacemos estamos en un nivel superior de santidad o de justicia ante el Padre, ejemplo: orar, estudiar la Palabra, ejercer ministerios, hacer obras en favor de otros, etc. Recordemos que todo lo que hacemos es porque el Espíritu de Dios es quien coloca en nosotros el querer como el hacer y que todo lo que hacemos en el poder del Espíritu, tiene como propósito edificar y testificar a Cristo, en nosotros y también a través de nosotros para gloria de Dios. De nada nos podemos jactar.

2. Somos religiosos, cuando sabemos qué es lo que debemos hacer para agradar a Dios pero no lo hacemos por temor a desagradar a los hombres, incluyéndonos nosotros mismos. De nada sirve que sepamos qué es lo que Dios nos ha mandado a hacer, sino lo hacemos; la única forma de agradar a nuestro Padre, es viviendo lo que Jesús nos testificó, obediencia a costa de nosotros mismos y de los demás.

3. Somos religiosos, cuando juzgamos sin justo juicio las faltas y los pecados que otros cometen, cuando muy probablemente nosotros mismos estamos en esos mismos pecados. Somos expertos en mirar la paja del ojo ajeno y desviar la mirada de la viga que tenemos en el nuestro.

4. Somos religiosos, cuando ponemos por delante de Cristo Jesús, quien debe ocupar el primer lugar en nuestro corazón; a personas, obras, el trabajo, las riquezas, el orgullo, etc. evadiendo la responsabilidad y el compromiso que tenemos para poner por obra sus instrucciones, sus mandatos y en general su Palabra. No es posible servirle a dos señores, o le servimos a Jesús o le servimos a todos esos otros ídolos que tenemos y nos es necesario derribar.

5. Somos religiosos, cuando pretendemos vernos santos sólo en presencia de nuestros hermanos mientras que en otros contextos nos estamos dejando llevar por todo lo que agrada al mundo, a los del mundo y nuestra carne.