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La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2022

DÍA 57 DE 365

¿Por qué celebridad?



En una encuesta hecha a jóvenes de la generación «del *milenio*» (*millennials)*, el 50% declaró que uno de los objetivos principales de sus vidas era convertirse en famosos. En el pasado, la gente quería hacerse famoso por *hacer* algo. Ahora, la celebridad se ha convertido en un fin en sí mismo, alcanzando características cuasi-divinas. La gente no solamente quiere ser famosa, también idolatran a las personas que han alcanzado el estatus de celebridad. Este interés generalizado por las personas famosas ha sido descrito como «el culto a las celebridades». Es un fenómeno social destacado en la cultura popular de Occidente.

Para el ambicioso, la fama es lo mismo que la sal para el sediento. Cuanta más tienes, más quieres. Madona, quien en su momento probablemente fue la mujer más famosa del planeta, declaró: «No seré feliz hasta que sea tan famosa como Dios».

La celebridad y la fama son solo un débil reflejo de la verdadera gloria. En la Biblia, se usa el término «gloria» para indicar la manifestación de la presencia de Dios. Gloria es una de las palabras más comunes de la Biblia y la «gloria» de Dios denota su importancia, reputación, majestad y honra.

Quizás no sea sorprendente que, a medida que la sociedad se aleja de la adoración a *la gloria de Dios*, se vuelva hacia la adoración de la «gloria» de la celebridad y la fama. Estamos llamados a adorar la gloria de Dios y reflejarla, aunque sea imperfectamente, en nuestras vidas.

Salmos 26:1-12



Busca la gloria de Dios


David escribe: «Señor, yo amo la casa donde vives, el lugar donde reside tu gloria» (v.8). El rey David era una «celebridad» por derecho propio (ver Samuel 18:7). Aun así, no buscó su propia vanagloria, sino que le dio la gloria a Dios. Así, termina el salmo proclamando: «Mis pies están en terreno firme; ¡bendeciré al Señor en presencia de su pueblo!» (Salmo 26:12, DHH). Él lideró al pueblo en el dar la gloria a Dios.


Si quieres ser reflejo de la gloria del Señor, sigue el ejemplo de David. Intenta llevar una vida sin tacha (v.1). Confía en el Señor sin titubeos (v.1b). Intenta mantener tu corazón y tu mente puros (v.2). Guíate por el amor y la verdad de Dios (v.3). Evita la cercanía con personas que te hagan caer: «mentirosos», «hipócritas», «malvados» y «perversos» (vv.4–5).


Aunque David diga «llevo una vida intachable» (v.11a), continua diciendo: «Líbrame y compadécete de mí» (v.11b). Tuvo que haber sido consciente de que, aunque intentaba llevar una vida exenta de pecado, no siempre lo lograba por lo que necesitaba de la redención y la misericordia de Dios. En vez de pretender decir que no tenía pecado, lo que David hace es declarar que vive una vida íntegra (vv.1.11), que es sincero y su corazón entero es para Dios.


Otros reyes de aquella época habrían esperado que la gente los ensalzara dando «culto a su celebridad». Pero David era un adorador del Señor. Escribe así: «Camino, Señor, en torno a tu altar, proclamando en voz alta tu alabanza y contando todas tus maravillas. Señor, yo amo la casa donde vives, el lugar donde reside tu gloria» (vv.6–8).


En el Antiguo Testamento, el Templo de Jerusalén era el lugar donde el pueblo de Dios podía encontrar la gloria de Dios. En el Nuevo Testamento, leemos acerca de un nuevo templo donde habita la gloria de Dios. Su presencia se encuentra en una persona. Jesús es ese templo (Juan 2:10,21). En Jesucristo se revela la manifestación suprema de la gloria de Dios (1:14).


Aún más, la sorprendente realidad es que la gloria de Dios también habita en toda las personas que confían en Jesús. Tanto individualmente (ver 1 Corintios 6:19) como conjuntamente (ver 1 Corintios 3:16), el pueblo de Dios es visto como el templo de Dios en quien habita el Espíritu: «En él también ustedes son edificados juntamente para ser morada de Dios por su Espíritu» (Efesios 2:22).



Señor, gracias porque tu gloria mora entre tu pueblo. Amo la casa donde habitas. Proclamaré en alto tu alabanza y contaré tus maravillosas obras.


Marcos 9:2-32



Refleja la gloria de Jesús


Pedro, Santiago y Juan pudieron ver un destello de la gloria de Dios cuando Jesús fue transfigurado delante de ellos. No es coincidencia que la transfiguración sucediera justo después de que Jesús hubiera preguntado a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que soy yo?» (8:27 revelando la naturaleza divina de Jesús como Hijo de Dios.


Por un momento, se echó a un lado la cortina del tiempo y los discípulos vieron a Moisés (representando a la Ley) y a Elías (representando a los profetas), palpablemente vivos y al lado de Jesús. Los discípulos tenían que saberlo todo acerca de Moisés y Elías. En el mundo del judaísmo, aquellos hombres eran los más famosos de todos. Pero Dios está diciendo que Jesús es aún más grande que aquellos dos venerados hombres.


Cuando los discípulos miraron de nuevo, ya no vieron a nadie más que a Jesús (9:8). Pedro, Santiago y Juan vieron a Jesús como lo veremos cuando vuelva de nuevo, en su gloria revelada.


La palabra usada para «transfigurado» es la misma que se traduce como «transformado» cuando el apóstol Pablo escribe: «Todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu.» (2 Corintios 3:18).


La celebridad hoy en día consiste en la fama y buscar publicidad. Jesús no buscó publicidad; más bien lo contrario: «Les ordenó que no contaran a nadie lo que habían visto» (Marcos 9:9).


La celebridad se suele asociar con la riqueza y un estilo de vida lujoso. En la vida de Jesús, el sufrimiento y la gloria están indisolublemente ligados. En cuanto baja de la montaña le explica a sus discípulos que «el Hijo del hombre tiene que sufrir mucho y ser rechazado» (v.12). La «gloria» de Jesús era de un tipo diferente a la que el mundo espera, tanto entonces como ahora.


Un cosa que Jesús sí tuvo en común con las «celebridades» es que atraía masas de gente (v.14): «Al ver a Jesús, todos corrieron a saludarlo llenos de admiración» (v.15, DHH).


Los discípulos que no habían subido a la montaña no tuvieron la fe necesaria para sanar al muchacho que tenía un espíritu maligno. Jesús les dijo que «para el que cree, todo es posible» (v.23). El mundo dice: « Hay que ver para creer». Jesús dice: «Cree primero y verás». San Agustín escribió: «La fe es creer en lo que no vemos. La recompensa de la fe es ver aquello que creemos»


Jesús sana al muchacho sin grandes ceremonias ni, en este caso, imposiciones de manos. No se da una batalla prolongada sino el simple poder de la orden de Jesús. La batalla ya ha sido ganada de antemano mediante su vida de oración (v.29). Una vez más, hemos visto un destello de la gloria de Jesús.


Jesús prosigue hablando del tema de su sufrimiento: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres. Lo matarán, y a los tres días de muerto resucitará» (v.31).



Señor, ayúdame en el día de hoy a pasar tiempo en Tu presencia y reflejar Tu gloria en todo lo que haga y diga.


Éxodo 39:1-40:38



Espera una eternidad de gloria


David pudo ver un destello de la gloria de Dios cuando entró en el templo. Los discípulos vieron un destello de la gloria de Dios cuando Jesús fue transfigurado delante de ellos. Cuando te reúnes con el pueblo de Dios, deberías ver un destello de la gloria de Dios.


Una vez terminado de construir el tabernáculo («el santuario» o en palabras de The Message, la «morada», la cual precede al templo), la nube cubrió la Tienda del Encuentro y «la gloria del Señor llenó el santuario (la morada)» (40:34). Moisés no pudo entrar en la Tienda del Encuentro porque la nube se había posado sobre ella y «la gloria del Señor llenaba el santuario» (v.35)


La gloria de Dios se manifestaba de una manera palpablemente poderosa en aquel momento. De hecho, podía ser vista «posada» sobre el tabernáculo. La palabra hebrea para posarse (shekinah) se usa hoy en día a veces para describir cuando se siente la presencia y la gloria de Dios de una manera especialmente poderosa o palpable.


La nube que cubría el tabernáculo, que representaba la gloria de Dios, acompañaba al pueblo de Dios en sus caminos y los guiaba día y noche (vv. 36-38) de la misma manera que el Santo Espíritu de Dios te guía a ti ahora. Este es el antecedente del Antiguo Testamento de la nube que aparece en la historia de la transfiguración. Lo que Pedro, Santiago y Juan experimentaron aquella ocasión, fue un destello de la gloria del Señor (Marcos 9:7).


Por medio del «resplandor del evangelio de la gloria de Cristo» (2 Corintios 4:4, RVA-2015) puedes ver un destello de la gloria de Dios. «Porque Dios, que ordenó que la luz resplandeciera en las tinieblas, hizo brillar su luz en nuestro corazón para que conociéramos la gloria de Dios que resplandece en el rostro de Cristo» (v.6).


Se trata solo de un destello; llegará el día en que puedas ver toda esta realidad. El apóstol Pablo dijo que por esto no debemos descorazonarnos aun cuando atravesemos momentos difíciles: «Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento» (v.17).



Señor, gracias porque nos preparas para el momento en que nos revelarás completamente tu gloria. Ayúdame a ver las dificultades de la vida con la perspectiva de «una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento».


Pippa Adds



Pippa añade


Salmo 26:1–12


Este salmo se atribuye a David. Me sentí interesada por lo que decía el versículo primero: «Pues he llevado una vida intachable; ¡en el Señor confío sin titubear!». Desearía poder decir lo mismo, pero sé que mi vida dista mucho de ser intachable y muchas cosas la han hecho tambalearse. El problema es que sabemos que la vida de David no era intachable. O lo estaba haciendo muy bien hasta que se metió en un gran lío, o no lo hacía tan bien pero se pensaba que sí lo hacía bien. En el versículo once dice: «compadécete de mí». David sabía que necesitaba la misericordia de Dios y yo también lo sé.



References



Notes:
Unless otherwise stated, Scripture quotations taken from the Holy Bible, New International Version Anglicised, Copyright © 1979, 1984, 2011 Biblica, formerly International Bible Society. Used by permission of Hodder & Stoughton Publishers, an Hachette UK company. All rights reserved. ‘NIV’ is a registered trademark of Biblica. UK trademark number 1448790.

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Acerca de este Plan

La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2022

¿Abrumado por la idea de leer la Biblia? Dedique un tiempo cada día a escuchar a Nicky y Pippa Gumbel mientras le explican toda la Biblia en 365 días. Cada día, se explora un tema diferente a través de una selecció...

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Nos gustaría agradecer a Nicky Gumbel por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://alpha.org

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