AgridulceMuestra

De todas las cosas de las que habló Jesús, la idea de amar a nuestros enemigos puede ser la más difícil de cumplir. No es difícil amar a las personas con quienes resulta fácil llevarse bien, o a quienes nunca nos han hecho nada malo, pero aquí, Jesús nos da un mandamiento que  

nos desafía a amar a todos, incluso a nuestros enemigos. ¿Cómo lo hacemos? Podemos recordar que sólo porque alguien haya decidido que quiere ser tu enemigo, no significa que tú tengas que ser el suyo. Hoy puedes decidir mostrar el amor de Dios a todas las personas con las que entras en contacto, sin importar sus acciones. Cuando amas así, es más fácil perdonar a las personas. 

¿A quién te cuesta amar? Este es el desafío: Hoy ora por ellos mencionando su nombre.