AgridulceMuestra

La palabra de Dios es fuente de fortaleza. Y al igual que con la fuerza física, no podemos volvernos fuertes si sólo hacemos ejercicio una vez a la semana, o el día antes de tener que correr una milla (1,6 km) en educación física. De la misma manera, para beneficiarnos realmente de la fuerza que nos da la palabra de Dios, necesitamos leerla y pensar en ella constantemente. Esto entrena nuestra mente y nuestro corazón para saber que lo que Dios ha dicho es verdad. Así que tómate un tiempo no sólo para leer la palabra de Dios, sino también para recordarla, de modo que te fortalezca para la vida. 

Mientras lees los pasajes bíblicos usa tu imaginación para ver una imagen que pueda representar las palabras escritas. Dibuja lo que imaginas y escribe el pasaje bíblico debajo. Cuélgalo en la pared de tu habitación para que puedas ver y recordar lo que dice la palabra de Dios.