Jeremías en 3,2,1… El Plan Perfecto.Muestra

Así dice el Señor: «El pueblo que escapó de la espada ha hallado gracia en el desierto; Israel va en busca de su reposo». Jeremías 31:2 

Escuchaba el testimonio de una familia, en los tiempos de la guerra del 24 de abril de 1965, en República Dominicana; "la revolución", le dicen los sobrevivientes.

Un soldado de la resistencia a la dictadura era perseguido, encontró esa puerta abierta y entró "armado hasta los dientes"; la casa de una familia, que para su gracia, era constitucionalista (un poco de historia dominicana).

El abuelo de la casa, buscó ropa de él y vistió al soldado, escondió la ropa y armas y lo ayudó a escapar.

Esta familia, tiene su historia larga (me reí y entré en ansiedad cuando la escuchaba...), de cómo escuchaban las botas y los disparos de los soldados de la dictadura, revisando casa por casa buscando matar a los de la resistencia. Y los perros de la familia sacaban las armas de debajo de la cama y el corre corre cuando se daban cuenta. Y ¡ay! De ellos si les encontraban esas armas.

Nunca entraron en la casa de esta familia cristiana (debí dar ese dato al inicio); cuando pasó la primera parte de la persecución, vino la intervención norteamericana, más soldados buscando para matar.

Aquel soldado que ayudaron volvió, cuando paso el primer temor, pero talvez, también el quedó con el cargo de conciencia por el peligro que le dejó a una familia que lo salvó, a riesgo de ser también asesinados.

Llevó un costal y metió todas sus armas y municiones, pero debía pasar a través de una trinchera, posiblemente, dispuesto a que lo mataran, se colgó su costal en la espalda y caminó lentamente el sendero.

La señora de la casa, tomó su Biblia y mientras lo veía alejarse, recitaba el Salmo 91... El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso...

El hombre pasó en medio de un angostísimo camino, cruzó la trinchera que tenía soldados a su izquierda y a su derecha... y sólo siguió caminando. Ese mismo día, la suegra de la señora (joven entonces), aceptó a Cristo.

Solo nosotros sabemos en el desierto que estamos, la trinchera que nos tocará pasar con miedo a ser atacados... Pero Dios dice que, en medio de todo, ha hallado gracia en su pueblo y como dice el Salmo 23: junto a aguas de reposo, me pastoreará...

Vamos en busca del reposo del Señor...