Biblia para todos: La misión de Dios para nosotrosMuestra

"Observen las naciones; ¡mírenlas y asómbrense! Pues estoy haciendo algo en sus propios días, algo que no creerían aun si alguien les dijera" (Habacuc 1:5 NTV).

Estos son días emocionantes para estar vivo. Hay más cristianos ahora en la tierra que nunca antes. Pablo tenía razón: "Esa misma Buena Noticia que llegó a ustedes ahora corre por todo el mundo. Da fruto en todas partes mediante el cambio de vida que produce, así como les cambió las vidas a ustedes desde el día que oyeron y entendieron por primera vez la verdad de la maravillosa gracia de Dios" (Colosenses 1:6 NTV).

Una forma de desarrollar el pensamiento global es leer y ver las noticias con "ojos de la Gran Comisión". Dondequiera que haya un cambio o conflicto, puedes estar seguro de que Dios lo usará para atraer a la gente a Él. Las personas son más receptivas a Dios cuando están bajo tensión o en transición. Debido a que la tasa de cambio está aumentando en nuestro mundo, ahora más personas están abiertas a escuchar las buenas noticias más que nunca.

Como Dios le dijo a Habacuc: "Observen las naciones; ¡mírenlas y asómbrense! Pues estoy haciendo algo en sus propios días, algo que no creerían aun si alguien les dijera" (Habacuc 1:5 NTV).

Nunca ha sido más fácil en la historia cumplir con tu comisión para ir a todo el mundo. Las grandes barreras ya no son la distancia, el costo o el transporte. La mayor barrera es la forma en que pensamos. Nuestra perspectiva y actitudes deben cambiar, para que desarrollemos los ojos de la Gran Comisión.

Una buena manera de comenzar a pensar globalmente es orar por países específicos. Obten un globo terráqueo o un mapa y ora por las naciones por su nombre. La Biblia dice:"Pídeme, y como herencia te entregaré las naciones; ¡tuyos serán los confines de la tierra!" (Salmo 2:8 NVI).

¿Por qué debes orar? La Biblia nos dice que oremos por oportunidades para testificar, por valor para hablar, por aquellos que creerán, por la rápida difusión del mensaje y por más obreros. La oración nos ayuda a hacer lo que Dios nos llama a hacer, y nos convierte en socios de otras personas alrededor de todo el mundo.