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Nunca Estás Solo

DÍA 2 DE 5

 Dios está contigo cuando estás atascado


 «El hombre creyó lo que Jesús le dijo, y se fue» (Juan 4:50 NVI). 


 Sentirse atascado es una sensación de impotencia y desesperanza. Pero aunque a veces nos sintamos atascados, nuestras circunstancias nunca son un obstáculo para Jesús. Quiere ayudarnos a desatascarnos, sin importar la razón por la que nos quedamos atascados en primer lugar. Vemos esto en los dos siguientes milagros que relata Juan. Se trata de dos hombres que necesitaban desesperadamente un milagro: un funcionario de Capernaúm y un hombre enfermo en el estanque de Betesda. Ambos hombres estaban atascados, pero por razones diferentes.


En Juan 4:43-54, leemos acerca de un funcionario cuyo hijo estaba muy enfermo. Había hecho todo lo que podía por su hijo, pero había llegado al final de sus recursos. Ahora, estaba atascado. Pero había oído hablar de un hombre llamado Jesús que tenía el poder para sanar a su hijo. Así que caminó todo el día desde Capernaúm a Caná, encontró a Jesús y le rogó que viniera para sanar a su hijo. No insinuó que era digno de la asistencia divina, solo llegó a Cristo como un padre desesperado. 


El hombre no solo tenía una petición, sino también un plan de acción: los dos irían caminando a Capernaúm hasta llegar al niño moribundo. La respuesta de Jesús podría sorprendernos. «¿Acaso nunca van a creer en mí a menos que vean señales milagrosas y maravillas?» (Juan 4:48 ntv). Tal vez Jesús vio una fe contingente en la petición del padre. El hombre no solo pidió ayuda, sino que también le dijo a Jesús la forma en que la ayuda debía ser administrada. Por cualquier razón, Cristo sintió que una advertencia estaba en orden. Jesús le dijo que se fuera a casa y que su hijo viviría. No se ofreció a ir con él. 


Este fue el momento en que el hombre tomó la decisión de creer en la palabra hablada de Cristo. Como resultado, no solo el niño fue curado, sino que el milagro también resultó en la fe salvadora de toda la casa. El milagro vivificante de la sanidad del niño fue a corto plazo. Pero el milagro de fe de Jesús fue eterno. Aquellos en la casa del hombre recibieron la vida eterna. 


Más adelante, en Juan 5:1-15, leemos la historia acerca de un hombre paralizado junto al estanque de Betesda. Como escribe Juan: «Un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese» (versículo 4 rvr1960). El hombre había permanecido en esa condición durante treinta y ocho años. 


Jesús vio la necesidad que el hombre tenía de una sanidad física. Pero también vio una necesidad más profunda. Le llevo a preguntarle al hombre: «¿Quieres quedar sano?» (versículo 6 nvi). Jesús vio que el hombre necesitaba desatascarse. Necesitaba ser motivado para actuar con fe. Jesús satisfizo ambas necesidades.


Sentirse atascado es a menudo una cuestión de una oración aún no contestada, o una oración no contestada de la manera en que yo la pedí. ¿Cómo caminamos por la fe cuando estamos ciegos a la solución? Puede que Cristo no nos revele todas las respuestas que deseamos tener, pero sí nos asegura: «Nunca te dejaré; jamás te abandonaré» (Hebreos 13:5 nvi). Tal vez la respuesta venga de este lado del cielo. Tal vez te espere del otro lado. De cualquier manera, Dios está tan cerca como nuestro próximo aliento. Más cerca que nuestra propia piel (ver Salmo 139:7-10). Él está presente para ayudar, no para herir, dañar o dificultar. 


¡Así que aguanta! No te rindas. La ayuda ha llegado. Asume que algo bueno va a pasar. Dios está obrando. ¡Él no ha terminado todavía! Fija tu brújula en la estrella polar de la promesa de Dios, y pon un pie cansado delante del otro. Jesús ha hablado. Deja que su palabra haga lo que tenía que hacer: guiarte a casa. ¿Estás listo para desatascarte? No esperes un día más para creer en el Jesús que cree en ti y comenzar la caminata; entusiásmate con la marcha. ¡Verás lo que Dios hará!


Responde


Describe un momento en el que te has sentido atrapado entre una oración y la respuesta de Dios. ¿Cómo fue tu relación con él en ese momento? 


¿Cómo puede cambiar tu andar por fe si crees lo que dice la palabra de Dios?


¿En qué área de tu vida te gustaría pasar de estar «atascado» a caminar con fe? ¿Cómo influye en este proceso tu comprensión del amor de Dios y el interés específico que él tiene en tu vida?

Escrituras

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Acerca de este Plan

Nunca Estás Solo

Este plan de lectura incluye cinco devociones diarias basadas en el libro de Max Lucado Nunca estás solo: Confía en el milagro de la presencia y el poder de Dios. En este estudio, verás los milagros de Jesús, como se des...

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Nos gustaría agradecer a HarperCollins/Zondervan/Thomas Nelson por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.editorialhccp.com/gruponelson/nunca-estas-solo/

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