Madurando a través de la pruebaMuestra

Cómo opera Satanás en la tentación a nuestras vidas

Satanás ciertamente es nuestro acusador, y nos tienta constantemente, pero él no tiene poder sobre nosotros, a menos que nosotros mismos de lo otorguemos.

Satanás obra identificando el deseo en nuestro corazón que está fuera de la voluntad de Dios, y luego el procede con el engaño, a trabajar desde esa distorsión en nuestro corazón. Entonces te atrae hacia el pecado, valiéndose de tu deseo. La tentación siempre comienza en tu mente y no en las circunstancias. Marcos 7:21-23: “Porque de adentro, del corazón humano, salen los malos pensamientos…”.

Por otra parte, Satanás no anda alrededor al azar provocando tentaciones aquí y allá. Él tiene un plan, un plan que ha puesto a prueba y perfeccionado. Sus maquinaciones dieron resultado en hombres como David, Pedro, Jacob. Satanás tiene un método que ha usado por milenios. Su intención es que usted y yo satisfagamos las necesidades y deseos dados por Dios, en forma que estén fuera de los límites que Dios nos ha fijado. 

Dios no tiene problema con que satisfagamos nuestros deseos y necesidades, pero dentro de los contextos que Él nos ha señalado. Por ejemplo, Dios no tiene inconveniente en que satisfagamos nuestras necesidades sexuales, pero en los límites del matrimonio. Satanás, por el contrario, trata de que satisfagamos esos deseos sexuales, fuera de los límites del matrimonio, tentándonos al adulterio y la fornicación.

De modo que Satanás toma los mismos instintos que Dios creo para bendición, y que generan una fuerte inclinación a satisfacer esos deseos, pero buscando que satisfagamos esos instintos y deseos fuera la voluntad de Dios.  La estrategia de Satanás es el engañarnos para que busquemos la satisfacción de nuestras concupiscencias corruptas.