Madurando a través de la pruebaMuestra

Las pruebas aparecen en forma inesperada y sincronizada

Las pruebas pueden venir con el diagnostico de un médico, o en la decisión de la empresa de separarnos del trabajo, o en algún accidente inesperado, o por el descalabro de la economía, o través de una pandemia que se desata (Covid 19). 

Las pruebas no avisan, son inoportunas. No se trata de si vamos o no a tener pruebas, sino cuándo y en qué forma van a llegar, porque las pruebas son inevitables. Ellas llegan en momentos inesperados. Y no solamente llegan en forma inesperada sino también en forma sincronizada. Santiago 1:2 dice: “Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas…”.

Literalmente varias pruebas al mismo tiempo, simultáneamente. La palabra diversas podría traducirse por policromas. En el A.T. se usa esta expresión en relación a la túnica de muchos colores de José.

Esa combinación de varias pruebas (plural), ocurriendo simultáneamente, y produciéndose inesperadamente, es lo que hace los momentos de prueba difíciles y dolorosos de afrontar. 

Todo sucede al mismo tiempo. La gente dice: “que casualidad ahora que me quede sin empleo, mi hijo se enferma". El escritor William Shakespeare dijo: “Cuando las penas vienen, no vienen como espías solitarios, sino en batallones”.

Por eso es importante mantenerse espiritualmente sano y fuerte, en comunión con Dios, ejercitando la fe, porque no sabemos cuándo las pruebas van a caer al acecho sobre nuestras vidas. No hay forma de predecir o elegir el momento en que vamos a rendir el examen que implican las pruebas. Las pruebas no van a pedir permiso, ni se van a anunciar con anticipación para que nos preparemos para afrontarlas. En la vida espiritual no se puede bajar la guardia, porque no sabemos en qué momentos vamos a ser probados en nuestra fe. 

¿Estás bajo el fuego de la prueba?

¿Te mantienes cercano a Dios en medio de la prueba?