Madurando a través de la pruebaMuestra

Las pruebas no son opcionales

Ningún creyente está exento de ser probado, pues las pruebas son mecanismos que Dios usa para hacernos madurar y crecer. Y si Jesús, como humano, necesito ser probado para perfeccionar su experiencia como hombre, cuanto más nosotros sus discípulos.

Las pruebas forman parte de la economía de Dios, de la metodología con la que Dios obra para traer madurez a la fe y crecimiento al carácter. Los creyentes cristianos están inscritos en la “Escuela del Carácter de Dios”; y de esa escuela no se puede desertar. No podemos evitar los momentos de prueba, lo que si podemos hacer es prepararnos para cuando las pruebas lleguen. 

En esta escuela del carácter, el método de enseñanza que Dios usa es la prueba: circunstancias adversas, situaciones reales en la que experimentamos dolor, retos económicos, etc.  Las pruebas son inherentes a la vida cristiana, una parte esencial de la vida cristiana.

Por otra parte, vivimos en un mundo caído con situaciones reales que nos lastiman, restringen y afligen. Y a su vez, nuestra vocación de fe, nos garantiza alguna forma de persecución. De modo que es inevitable experimentar circunstancias adversas, dificultades y aflicciones. 

Basta con leer algunos pasajes bíblicos para comprobar esta premisa.

“En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual, aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo”. 1 Pedro 1:6-7

“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”. Juan 16:33

“Confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios”. Hechos 14:22

“Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él”. Filipenses 1:29  

¿Qué tipo de prueba estás viviendo en este momento?