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Madurando a través de la pruebaMuestra

Madurando a través de la prueba

DÍA 10 DE 10

La tentación en sí misma no es pecado

No dejes que el enemigo ponga sentimientos de culpa por haber sido tentado. La tentación es una señal de que Satanás te odia, no, necesariamente, de tu debilidad o mundanalidad.  El problema no es si eres o no tentado, porque vas a ser tentado. El ser tentado no es pecado. Jesús fue tentado en todo, pero fue sin pecado (Hebreos 4:15). El problema es si cedes a la tentación; el pecado tiene que ver con ceder a la tentación.

A menudo cuando somos tentados, los sentimientos asociados con esa tentación son tan fuertes que asociamos esos sentimientos con nuestro carácter más bien que con la tentación. Entonces nos condenamos a nosotros mismos teniendo tales sentimientos. En ocasiones, aun sin darle cabida a la tentación, nos sentimos como si fuéramos culpables. 

El enemigo tiene la capacidad de tentarnos, pero no estamos a merced del enemigo

Dios ha puesto un límite en lo que respecta a la intensidad de cada tentación (ver ejemplo de Job). Él sabe cuánto tú puede soportar en un área específica; Él conoce tus límites de resistencia. El promete mantener vigilancia sobre las presiones que Satanás ejerce nosotros. Satanás, como todas las criaturas, está bajo la autoridad de Dios.

Y recuerda “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana, pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar” (1Cor. 10:13).   

Por otra parte, podemos acudir al Señor en momentos de tentación, porque Él nos entiende. Recuerda que “no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” (Hebreos 4:15).

El enemigo ciertamente tiene la capacidad de introducir pensamientos en nuestra mente (dardos de fuego del enemigo); y de nuestro propio corazón también se pueden generar esos malos pensamientos, pero también tenemos, en el Señor, el poder para “…derribar todo argumento del enemigo…y llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Corintios 10:5).

Acerca de este Plan

Madurando a través de la prueba

Como creyentes cristianos vamos a experimentar muchos momentos de aflicción, adversidad y problemas, como consecuencia de vivir en un mundo caído y de enfrentar a un adversario como Satanás. Por otra parte, Dios va a probar nuestra fe, para traer madurez a nuestras vidas. Cada creyente está inscrito en la Escuela del Carácter de Dios. Por lo tanto, necesitamos velar y estar despiertos espiritualmente, para enfrentar adecuadamente esos tiempos.

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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/