Dios te Hizo MujerMuestra

Día 2: La cura

Muchas mujeres en el mundo padecen la enfermedad de la desvalorización, es necesario saber que existe una cura para ella, y este es nuestro segundo escenario: la única cura posible es Jesús.

El remedio para recuperar nuestra identidad y nuestro valor está en Jesús. Él sabe del dolor y de todo lo que vienes padeciendo, de tu falta de confianza, de tu inseguridad, de tus noches de llorar, de tragarte las lágrimas, de ya no saber qué más hacer. Jesús tiene sus ojos fijos en ti, te llama por tu nombre y te dice: “¡Mujer, eres libre!”

Esta cura continúa cuando cambias tu mirada hacia ti misma; porque de nada vale que Jesús nos mire con amor, con ternura y con propósito, si sigues creyendo que eres un fracaso y que no puede salir adelante. Él te creó y te formó, y puso dones, habilidades y talentos dentro de ti. Por lo tanto, tu identidad estará totalmente restaurada porque Él te hace libre, pero tú también tienes que reconocerlo.

Debes entender quién eres. ¿Estás preparada para eso? Eres hija de Dios y en el Nombre de Jesús, eres libre. Eres libre para pensar, para caminar, para saltar, para correr, para estudiar, para desarrollarte en la vida.

Puedes finalizar tus estudios primarios o secundarios que quedaron trancados en el camino, emprender una carrera universitaria; puedes hablar y aquellos que te rodean no solo te escucharán sino que también respetarán tu opinión. Puedes decidir qué quieres hacer y qué no. ¡Eres libre!