Dos seres.Muestra

 Deseos del espíritu.

Ahora que tenemos claro el primer ser que existe en nosotros, veamos el segundo ser: el Espíritu. Cuando aceptamos a Cristo como Señor y Salvador, entra a morar en nuestro interior el Espíritu Santo el cual nos va regenerando y trata constantemente de que hagamos la voluntad del Padre, nos corrige si estamos equivocados, nos alumbra en medio de la oscuridad, nos consuela en todo momento de tribulación, pero para poder hacerlo necesita ser alimentado.

Así como nuestro cuerpo necesita alimento para poder sostenerse y crecer, el Espíritu necesita otra clase de alimento para poder ser fuerte y ayudarnos; solo por medio de la Palabra y de la oración diaria es que Él se vivifica y crece, caso contrario, se apaga y entonces puede darse la muerte espiritual. 

Cuando buscamos el Reino de Dios, la justicia, la misericordia, la bondad, ser agradables delante de Dios y hacer su voluntad; entonces caminaremos en el Espíritu y la carne estará sujeta, cuando alimentamos de la Palabra nuestro Espíritu va a estar fortalecido para soportar los embates del enemigo y las vicisitudes de la vida; vamos a poder caminar sobre los problemas, estar firmes en la tentación y a servirle con excelencia al Señor, cuando oramos constantemente vamos a ser librados de la tentación porque Dios estará a nuestro lado.

Sé que la receta es fácil, pero para muchos es difícil de seguirla porque el enemigo les pone mil y una excusa, principalmente: no entiendo lo que dice la Palabra, no se como orar. Si leemos la Palabra vamos a tener la revelación de Dios para nuestra vida, vamos a saber que desea que hagamos y que le desagrada; aprenderemos a orar y pedir conforme a Su voluntad; seremos transformados, pero, principalmente, seremos confrontados hacia la Verdad. Oremos:

Amado Padre, sé que no es fácil alimentar el Espíritu porque en mi mente se libra una poderosa y constante batalla; en el nombre de Jesucristo te pido que me ayudes para poder ser obediente y así recibir tu bendición, amén.