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Los Regalos Personales de Dios: La memoria
¿Cómo es posible que las computadoras puedan almacenar tanta información? Y algo más admirable: ¿cómo es posible que los 1,550 gramos de material gris que hay en el cráneo puedan hacer todo esto? Almacenar tanta información como la Enciclopedia Británica . . . recordar olores de hace mucho tiempo . . . reproducir música compleja . . . escuchar las voces de las personas que murieron hace mucho tiempo . . . ver rostros y escenas de hace muchas décadas?
La memoria es aún mejor cuando la fe en Cristo vive en ella. La fe acoge el perdón total y gratuito de los pecados que nos da Cristo, y de esa manera podemos recordar nuestras fallas sin sentimiento de culpa, sin odio a nosotros mismos y sin temor. Los acontecimientos del pasado son inmutables; la memoria celebra las victorias inmutables de Dios sobre la muerte y el infierno. Un poeta hebreo llamado Asaf escribió una vez: “Me acordaré de las obras de Jah; sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas” (Salmo 77:11).
La memoria también tiene las promesas de Dios como preciosos tesoros. Cuando llegamos a viejos, cuando nuestras extremidades y dedos no se mueven rápido, es un consuelo recordar la promesa de que él está con nosotros todos los días, hasta el fin del mundo.
¿Cómo es posible que las computadoras puedan almacenar tanta información? Y algo más admirable: ¿cómo es posible que los 1,550 gramos de material gris que hay en el cráneo puedan hacer todo esto? Almacenar tanta información como la Enciclopedia Británica . . . recordar olores de hace mucho tiempo . . . reproducir música compleja . . . escuchar las voces de las personas que murieron hace mucho tiempo . . . ver rostros y escenas de hace muchas décadas?
La memoria es aún mejor cuando la fe en Cristo vive en ella. La fe acoge el perdón total y gratuito de los pecados que nos da Cristo, y de esa manera podemos recordar nuestras fallas sin sentimiento de culpa, sin odio a nosotros mismos y sin temor. Los acontecimientos del pasado son inmutables; la memoria celebra las victorias inmutables de Dios sobre la muerte y el infierno. Un poeta hebreo llamado Asaf escribió una vez: “Me acordaré de las obras de Jah; sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas” (Salmo 77:11).
La memoria también tiene las promesas de Dios como preciosos tesoros. Cuando llegamos a viejos, cuando nuestras extremidades y dedos no se mueven rápido, es un consuelo recordar la promesa de que él está con nosotros todos los días, hasta el fin del mundo.
Escrituras
Acerca de este Plan
Este plan de lecturas le ayudará a usted a hacer un inventario de todas las cosas buenas en su vida. Al dejar que su mente saboree estas bendiciones, usted descubrirá que es muy rico, amado, y valioso.
Nos gustaría agradecer a Time of Grace Ministry por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://timeofgrace.org/espanol
