ZACARÍAS 1:8-14
ZACARÍAS 1:8-14 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Una noche tuve una visión, en la que vi a un hombre montado en un caballo rojo. Ese hombre se detuvo entre los arrayanes que había en una hondonada. Detrás de él había jinetes en caballos rojos, marrones y blancos. Yo pregunté: «¿Qué significan estos jinetes, mi señor?». El ángel que hablaba conmigo me respondió: «Voy a explicarte lo que significan». Y el hombre que estaba entre los arrayanes me dijo: «El SEÑOR ha enviado estos jinetes a recorrer la tierra». Los jinetes informaron al ángel del SEÑOR que estaba entre los arrayanes: «Hemos recorrido toda la tierra. Por cierto, la encontramos tranquila y en paz». Ante esto, el ángel del SEÑOR respondió: «SEÑOR de los Ejércitos, ¿hasta cuándo te negarás a compadecerte de Jerusalén y de las ciudades de Judá con las que has estado enojado estos setenta años?». El SEÑOR respondió con palabras buenas y consoladoras al ángel que hablaba conmigo. Luego el ángel me dijo: «Proclama este mensaje de parte del SEÑOR de los Ejércitos: »“Mi amor por Jerusalén y por Sión me hace sentir celos por ellas.
ZACARÍAS 1:7-14 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Dios volvió a hablarme en un sueño el día veinticuatro del mes de Sebat, también durante el segundo año del gobierno del rey Darío. Era de noche, y en ese sueño vi un hombre que montaba un caballo de pelo colorado. Ese hombre estaba parado en medio de un valle. El valle estaba lleno de esos arbustos conocidos como mirtos. Detrás de él había otros hombres que montaban caballos de pelo colorado, café y blanco. En mi sueño un ángel hablaba conmigo, así que le pregunté: —¿Podría usted decirme quiénes son estos hombres? Y el ángel me contestó: —Ahora te lo voy a decir. Pero antes de que me lo dijera, el jinete que estaba entre los mirtos me explicó: —Dios ha enviado a estos jinetes para que recorran todo el mundo. El ángel se había quedado entre los mirtos. En ese momento los jinetes le informaron: —Ya recorrimos toda la tierra, y la hemos encontrado tranquila y en paz. Entonces el ángel preguntó: —Dios todopoderoso, hace ya setenta años que estás enojado con Jerusalén y con las ciudades de Judá. ¿Cuándo vas a tener compasión de ellas? Dios le respondió con palabras muy amables y tranquilizadoras. Luego el ángel me ordenó que anunciara de parte de Dios el siguiente mensaje
ZACARÍAS 1:8-14 Reina Valera Contemporánea (RVC)
«Una noche vi a un hombre cabalgando un caballo alazán. Estaba entre los mirtos que había en la hondonada, y detrás de él había caballos alazanes, overos y blancos. Yo pregunté: “Mi señor, ¿quiénes son estos?” Y el ángel que hablaba conmigo me dijo: “Voy a mostrarte quiénes son.” »El hombre que estaba entre los mirtos respondió y dijo: “Estos son los que el Señor ha enviado a recorrer la tierra.” Ellos, por su parte, hablaron con el ángel del Señor que estaba entre los mirtos y dijeron: “Hemos andado por toda la tierra, y esta se halla reposada y tranquila.” »Entonces el ángel del Señor respondió: “Señor de los ejércitos, ¿hasta cuándo vas a negarles tu compasión a Jerusalén y a las ciudades de Judá? ¡Ya has estado airado con ellas durante setenta años!” »El Señor respondió al ángel que hablaba conmigo, con palabras amables y reconfortantes. Y el ángel que hablaba conmigo me dijo: “Levanta la voz y di: Así ha dicho el Señor de los ejércitos: Muy grande es mi amor por Jerusalén y por Sión.
ZACARÍAS 1:8-14 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Una noche tuve esta visión: Vi un jinete montado en un caballo rojo. Estaba parado en un valle, entre unos arrayanes, y detrás de él había un grupo de caballos, unos rojos, otros castaños y otros blancos. Yo pregunté: «Señor, ¿quiénes son esos jinetes?» Y el ángel que hablaba conmigo me contestó: «Yo te mostraré quiénes son.» Entonces el que estaba entre los arrayanes dijo: «Estos son los que el Señor ha enviado a recorrer toda la tierra.» Los jinetes le dijeron entonces al ángel del Señor que estaba entre los arrayanes: «Hemos recorrido toda la tierra, y la hemos encontrado tranquila y en paz.» El ángel del Señor dijo: «Señor todopoderoso, hace ya setenta años que estás enojado con Jerusalén y con las ciudades de Judá. ¿Cuánto tiempo habrá de pasar aún antes de que vuelvas a tenerles compasión?» El Señor respondió con bondadosas palabras de consuelo al ángel que hablaba conmigo, y luego el ángel me ordenó que anunciara: «Esto dice el Señor todopoderoso: “Yo amo profundamente a Jerusalén y al monte Sión.
ZACARÍAS 1:8-14 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Vi de noche, y he aquí un varón que cabalgaba sobre un caballo alazán, el cual estaba entre los mirtos que había en la hondura; y detrás de él había caballos alazanes, overos y blancos. Entonces dije: ¿Qué son estos, señor mío? Y me dijo el ángel que hablaba conmigo: Yo te enseñaré lo que son estos. Y aquel varón que estaba entre los mirtos respondió y dijo: Estos son los que Jehová ha enviado a recorrer la tierra. Y ellos hablaron a aquel ángel de Jehová que estaba entre los mirtos, y dijeron: Hemos recorrido la tierra, y he aquí toda la tierra está reposada y quieta. Respondió el ángel de Jehová y dijo: Oh Jehová de los ejércitos, ¿hasta cuándo no tendrás piedad de Jerusalén, y de las ciudades de Judá, con las cuales has estado airado por espacio de setenta años? Y Jehová respondió buenas palabras, palabras consoladoras, al ángel que hablaba conmigo. Y me dijo el ángel que hablaba conmigo: Clama diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Celé con gran celo a Jerusalén y a Sion.
ZACARÍAS 1:8-14 La Biblia de las Américas (LBLA)
He aquí, de noche vi un hombre que iba montado en un caballo rojo; él estaba entre los mirtos que había en la quebrada, y detrás de él, caballos rojos, castaños y blancos. Entonces dije: ¿Quiénes son estos, señor mío? Y el ángel que hablaba conmigo me dijo: Te mostraré quienes son estos. Y el hombre que estaba entre los mirtos respondió y dijo: Estos son los que el SEÑOR ha enviado a recorrer la tierra. Y ellos respondieron al ángel del SEÑOR que estaba entre los mirtos y dijeron: Hemos recorrido la tierra, y he aquí, toda la tierra está en paz y tranquila. Entonces respondió el ángel del SEÑOR y dijo: Oh SEÑOR de los ejércitos, ¿hasta cuándo seguirás sin compadecerte de Jerusalén y de las ciudades de Judá, contra las cuales has estado indignado estos setenta años? Y el SEÑOR respondió al ángel que hablaba conmigo palabras buenas, palabras consoladoras. Y el ángel que hablaba conmigo me dijo: Proclama, diciendo: «Así dice el SEÑOR de los ejércitos: “Estoy celoso en gran manera por Jerusalén y por Sión
ZACARÍAS 1:8-14 Nueva Traducción Viviente (NTV)
En una visión durante la noche, vi a un hombre montado en un caballo rojo que estaba entre unos arrayanes en un pequeño valle. Detrás de él había jinetes en caballos rojos, marrones y blancos. Le pregunté al ángel que hablaba conmigo: —Mi señor, ¿qué significan estos caballos? —Te mostraré —me contestó el ángel. Entonces el jinete que estaba entre los arrayanes me explicó: «Son los que el SEÑOR ha enviado a recorrer la tierra». Entonces los otros jinetes le informaron al ángel del SEÑOR, que se encontraba entre los arrayanes: «Hemos estado recorriendo la tierra y el mundo entero está en paz». Al escucharlo, el ángel del SEÑOR elevó la siguiente oración: «Oh SEÑOR de los Ejércitos Celestiales, durante los últimos setenta años has estado enojado con Jerusalén y con las ciudades de Judá. ¿Cuánto tiempo más pasará para que vuelvas a mostrarles compasión?». Entonces el SEÑOR le habló palabras buenas y consoladoras al ángel que conversaba conmigo. Luego el ángel me dijo: «Proclama este mensaje a gritos para que todos lo oigan: “El SEÑOR de los Ejércitos Celestiales dice: ‘Mi amor por Jerusalén y el monte Sion es intenso y ferviente.