ROMANOS 16:13,18
ROMANOS 16:13 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Saluden a Rufo, distinguido creyente en el Señor, y a su madre, que ha sido también como una madre para mí.
Romanos 16:18 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Tales individuos no sirven a Cristo nuestro Señor, sino a sus propios deseos. Con palabras suaves y lisonjeras engañan a los ingenuos.
ROMANOS 16:13 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Les mando saludos a Rufo, que es un distinguido servidor de Cristo, y a su madre, que me ha tratado como a un hijo.
Romanos 16:18 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
porque no sirven a Cristo, nuestro Señor, sino que buscan su propio bien. Hablan a la gente con palabras bonitas, pero son unos mentirosos y engañan a los que no entienden.
ROMANOS 16:13 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Saluden a Rufo, escogido en el Señor, y a su madre, que es también la mía.
Romanos 16:18 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a su propio vientre, y con palabras suaves y lisonjeras engañan al corazón de los ingenuos.
ROMANOS 16:13 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Saluden a Rufo, distinguido creyente en el Señor, y a su madre, que ha sido también como una madre para mí.
Romanos 16:18 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
porque no sirven a Cristo nuestro Señor, sino a sus propios apetitos, y con sus palabras suaves y agradables engañan el corazón de la gente sencilla.
ROMANOS 16:13 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Saludad a Rufo, escogido en el Señor, y a su madre y mía.
ROMANOS 16:18 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos.
ROMANOS 16:13 La Biblia de las Américas (LBLA)
Saludad a Rufo, escogido en el Señor, también a su madre y mía.
Romanos 16:18 La Biblia de las Américas (LBLA)
Porque los tales son esclavos, no de Cristo nuestro Señor, sino de sus propios apetitos, y por medio de palabras suaves y lisonjeras engañan los corazones de los ingenuos.